CAPITULO 23: La marca de fuego

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Hace veintinueve años

-¡Esmeralda! - una voz ronca, furiosa, molesta y gruñona, la regañó, -¿Qué se supone que estás haciendo? - una mujer de piel blanca, cabello rubio pálido, con un vestido largo, se acercó a ella, con sus brazos en su cintura.

La pequeña cerró sus ojos y haciendo un gesto desagradable, en cuanto oyó esa voz, al ser descubierta, -¿Qué fue lo que te dije? - llamó su atención de nuevo, pero está vez sonando más tranquila, que hace unos segundos.

-Qué no lo hiciera... lo siento - se disculpó, mientras rodeaba los ojos.

Gretel la tomo del brazo y la llevo de nuevo adentro, la cabaña de la bruja blanca, era pequeña, con una gran repisa de pociones y encantamientos que muchas brujas poseen hoy en día. La llevó hasta sentarla en una de las sillas, -Ahora, vas a quedarte aquí y a ser una buena niña - Esmeralda bufó arrogante y se cruzó de brazos.

La bruja saco un libro viejo de su librería, -Repasa todos los hechizos que tiene - se lo dio y Esmeralda lo tomo de mala gana.

Ella abrió una página al azar, había un hechizo para hacer un trato con uno mismo, eso le resulto interesante, alzo su mirada y vio como Gretel estaba ocupada, cortando plantas y colocarlas en un frasco de vidrió. Sus ojos se posaron de nuevo en las páginas del libro, donde leyó cada ingrediente que se necesitaba y sobre la mesa, tomo un papel arrugado, tomando nota. Gretel se dio cuenta, -¿Qué estás escribiendo? - le pregunto, mientras molía las plantas sobre una vasija.

Esmeralda estaba ocupada y no le respondió, siguió tomando nota, hasta que Gretel le arrebató la hoja, la mujer leyó lo que estaba escribiendo y luego miro a Esmeralda, con el rostro horrorizada, -No debiste leer eso - la regañó, rompió aquella hoja y le arrebato el libro.

-¿Por qué no? - cuestiono, seriamente.

Gretel dejo el libro sobre la mesa, -Hay hechizos que no puedes usar, están prohibidos, si lo haces, terminarás mal - dijo, esperando que Esmeralda lo entienda.

-Es un libro, no es la gran cosa.

Gretel con su mano le dio una bofetada, Esmeralda sintió el golpe en su cara y eso aumento más su descaro, -¡Déjate de tonterías!, las brujas blancas no jugamos con magia negra, somos superiores... que no se te olvide eso.

Esmeralda asintió, bajando la mirada, siendo obediente y tener en cuenta, que ella es una de ellas, pero odia serlo, por ser lo suficiente perfecta. Cuando llegó la noche, y estaba durmiendo, afuera oyó gritos y abrió sus ojos, levantándose de la cama; con los pies descalzos, camino, asomándose por la ventana y viendo el fuego, arrasando con todo. Entonces la puerta se abrió de golpe, ella volteó, asustada, Gretel la miro y la saco, -Camina - la tomo de su brazo y la llevo hasta afuera.

En la aldea de las brujas, una fila de ellas la estaban esperando, Esmeralda vio a cada una, incluyendo a una niña de su edad, con su cabello verde, -Gracias por venir - Gretel le agradeció a una pelirroja, sumamente delgada, con una sonrisa encantadora y llevaba puesto un vestido negro.

-El mío es un placer, que bueno que nos llamaste - comento, sonando encantadora.

Gretel miro a Esmeralda que aún sostenía su brazo, sus dedos estaban marcando su piel delgada, -Es el momento de ser como nosotras - la miro y luego la soltó, repentinamente.

Hernis se acercó a Esmeralda, ella la miro a los ojos, unos ojos muy azules, -No tengas miedo, confía en mí, no te haré dañó - subió su manga de su brazo, la miro a los ojos y luego colocó su mano sobre el brazo de Esmeralda, ella se quejó e intento soltarse, pero Hernis no la dejo.

PRINCESA GUERRERA  [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora