CAPITULO 20: Coronación

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Una semana ha pasado de los acontecimientos de la luna sangrienta, del tema de Esmeralda y del ritual de las doce lunas. 

Susana ha estado muy distante desde lo que ocurrió esa noche, casi siempre se la pasa afuera, en el bosque y muy altas de la noche. Lucía todavía no sabe lo que sucedió en el gran cañón, ha intentado hablar con ella, pero Susana se rehúsa hablar de algo, que ni ella misma entiende. A pesar de los esfuerzos de Lucía, por intentar sacar el tema, solo empeora las cosas y Susana suele estallar y a veces, eso provoca que se vaya de la casa, dejando a su madre confundida.

Incluso, una noche sucedió así, en dónde Susana perdió el control.

-Trato de entenderte y saber que te pasa - Lucía trato de hacerla entrar en razón.

Susana no quería oírla, -¡Tú no lo entiendes! - le grito, hasta quedarse ronca.

-¡Entonces has que entienda! - Lucía alzo la voz, pero luego se dio cuenta de que esta discusión absurda, no iba para ningún lugar, -Mira... no sé qué sucedió en el gran cañón, no quieres hablar y te la pasas todo el tiempo afuera... solo quiero que me cuentes que sucedió, no te estoy pidiendo detalles, solo la verdad. Deja que te ayude, Susana... por favor - la miro a los ojos, intentando dialogar con ella y hacerla entrar en razón, -Soy tu madre y puedes confiar en mí.

Susana miro a su madre, se estaba mordiendo su labio para no llorar y sus puños, estaban apretados fuertemente, como si intentará sacar todo, aquellos poderes que sigue sin comprender, -No quiero hacerte daño - murmuro y el rostro de Lucía, se suavizo.

Ha visto muchas facetas de su hija, pero está es nueva y no sabe cómo ayudarla, desde niña, Susana ha tenido problemas de ira, siempre ha sido así y casi siempre, no lo controla. Lucía sabe eso, por eso cuando su hija se enoja, ella trata de no enojarla más o estallaría y empeoraría más las cosas.

-Hija, no estas bien... casi no duermes y... - hizo una pausa, recordando la otra noche, en dónde Susana despertó gritando y la lastimo, incluso miro su brazo, una cortada pequeña, pero algo profunda, -Trato de ayudarte y saber que te pasa, pero sí no quieres mi ayuda, entonces no podré hacerlo o siquiera ayudarte - comento.

-Es que tú no lo entiendes... todo esto es nuevo para mí y me estas agobiando.

-¿Qué es nuevo para ti?

Por supuesto, que no sabe de los poderes nuevos que Susana tiene, tampoco sabe de sus padres biológicos y que murió y luego revivió, eso no se lo ha contado Susana y duda mucho que se lo cuente.

-Nada - aparto la mirada, Susana sentía mucha impotencia en ese momento, -Déjalo así - no tenía caso seguir con todo esto, porque está muy cansada como para pelear, pero su cuerpo le grita que saque todo eso y una parte de su mente, le dice que lastime a su madre. Pero esa pequeña parte de ella, quiere silenciar esa voz en su cabeza, -Mejor me voy - giro de sus talones, se dio la vuelta, pero su madre la detuvo...

-Susana, basta - intentó sujetar su brazo, pero algo paso, que Susana la empujo con su mano, Lucía cayó al suelo y al ver lo que hizo, salió de la casa, sin cerrar la puerta, dejando desconcertada a su madre.

Eso fue hace dos días, Lucía no ha tocado el tema desde esa vez y Susana agradece que no lo haga, pero tampoco ha querido hablar con Tony, que él es el que está más preocupado por ella, que su madre. Susana no quiere causarles ningún tipo de preocupación a las dos personas más importantes de su vida, todavía no está lista para hablar y prefiere no hacerlo, hasta que esté segura de que lo está.

Ha sido una semana larga, a veces ni puede respirar y necesita un momento, solo uno, para entender su estatus y en dónde se encuentra, justamente.

Rosalinda por su parte, tampoco ha dormido bien, desde lo de Esmeralda ha tenido insomnio, cada noche se ha levantado en la madrugada, tratando de no pensar en otras cosas y siempre vuelve a lo mismo: la flor saliendo de la herida de Susana y el flujo dorado que los rodeo a los tres.

PRINCESA GUERRERA  [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora