CAPITULO 33: Tú y yo

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Rosalinda se encontraba entrenando, una y otra vez, ha pasado casi un mes desde que el invierno se quitó, ahora, el césped es más verde, el sol derritió algunos copos de nieve y por lo tanto, poco a poco, las hojas de los árboles, comienzan a salir. En el castillo, sigue con sus deberes como pos reina, aún las clases que sus profesores imparten, la están ayudando un poco; su madre dice que en unos meses, tendrá que ser más disciplinaría, pero también eso significa decidir entre ser cazadora o ser reina.

Y la verdad, es que... quiere seguir siendo cazadora, pero va a ser muy difícil jugar con ambos papeles a la vez.

Tiene dos responsabilidades que hacer y que tomar en cuenta, pero, esto es como si estuviera en una balanza, que la hace decidir si realmente quiere convertirse en esto o no. Realmente lo ha pensado mucho, ya que como Oswald lo dijo: "Si no asumes la corona, olvídate de todos los privilegios de ser princesa" y Rosalinda sabe, que eso arruinaría su reputación en el reino. A ella no le importa mucho, que el consejo real la tenga amenazada, que le quieran conseguir un esposo; eso no es lo que le preocupa, lo que le preocupa es que no sea lo suficiente capaz para ser cazadora, sin tener que pensar tanto en tomar el reino o no y la verdad, es que todo este asunto la tiene harta.

Odia que la hagan elegir, cuando lo único que ha querido, es un tiempo para pensarlo bien, pero no puede. Quiere ayudar a su reino, a su pueblo, a su gente y a su madre, pero... ¿Quién la va ayudar a ella?, Rosi se siente sola en todo este asunto, entre la espada y la pared, es obvio que tiene que tomar una decisión cuanto antes y conforme el tiempo va cada vez más avanzando, más siente, que se le acaba el tiempo.

Pero no va a dejar que nadie le quite su libertad, ha luchado mucho para conseguirlo y cree que este es el momento perfecto, para luchar por ello. Tomo su arco y respiro profundo, han pasado meses y siente que está es la primera vez, que puede decidir por ella misma. Ya no quiere depender de nadie, ni siquiera de su propia familia, está tan acostumbrada a ser la sombra de una familia, que podría considerarla maldita; Rosi quiere salir de su zona de confort y encontrarse a sí misma, no le importa el riesgo.

Apuntó con su arco, no iba a disparar la flecha (eso está muy claro), lo que hizo fue correr cómo lo ha practicado y corrió. Se impulso con sus piernas y brincó el tronco grueso, para hacer una maroma y así poder apuntar la flecha. No lo consiguió a la primera, pero no se iba a dar por vencida, no se va a dar por vencida nunca más, porque ella es una guerrera y los guerreros nunca se rinden.

Cayó al suelo, más no le importo y volvió a levantarse. Volvió a correr y brincar en el tronco, sus pies chocaron contra aquel grueso tronco del árbol, una y otra vez cayó al suelo, pero no le importo caerse. Volvió a levantarse y era la tercera vez que lo hacía, trago saliva y respiro profundo, llenando el aire a sus pulmones y llenándose de pura adrenalina.

Así que corrió de nuevo, sus piernas se movieron y un pie piso primero el tronco, luego se impulsó con el izquierdo y camino unos pasos en el tronco, hasta que todo su cuerpo giro. Ella estaba lista para apuntar, con la punta de su pie se impulsó y todo su cuerpo se hizo para atrás, ella giro, dando una maroma y apunto la flecha al otro lado, dio toda una vuelta y cayó de rodillas.

Rosalinda al darse cuenta que lo logro, no pudo evitar sonreír de la emoción por haberlo logrado. Ella se puso de pie y saltó de alegría al ver que por fin lo logro, después de tantas veces que lo ha intentado. Tomo su flecha, pero toda emoción, se quitó cuando escuchó pasos a su alrededor y se giró bruscamente, apuntando con su arco, esperando el ataque de lo que sea que este escondido entre los arbustos y salga de su escondite. Su respiración se detuvo y sus ojos estaban fijos, en alerta, no está segura de quién podrá hacer, pero no va a dejar que se aproveché de ella.

Entonces, ella vio que una silueta salía de los arbustos y su corazón se detuvo, pero entonces, Tony salió de los arbustos, haciendo que Rosalinda casi le lancé una flecha por accidente.

PRINCESA GUERRERA  [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora