CAPITULO 42: Sola

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Esmeralda y Vanney regresaron al castillo, por medio de la teletransportación, la bruja todavía no se acostumbra a ese repentino cambio, siempre se marea cuando hace eso. La vampira la miro por un momento, viendo como Esmeralda se recuperaba y se sostenía de la mesa que está a lado suyo - ¿Algo salvaje el viaje? - la vampira bromeo, riendo en voz baja.

- Ja, que chistosa.

Vanney tuvo que contener la risa, porque cuando hacen esto, le resulta gracioso. Esmeralda se toma cinco minutos para recomponerse y cuando esos cincos minutos han pasado, reafirma su compostura. Suben las escaleras y caminan por el largo pasillo, han estado un mes conviviendo juntas, trabajando en equipo y convirtiéndose en aliadas; Vanney no confía en ella plenamente, pero cada vez que la ve, hay cierta pizca de atracción de su parte.

Y eso le asusta un poco, porque ella está cien por ciento segura, que a la vampira le gustan los chicos. Pero no quiere que nadie lea o empiece a sospechar esa parte de ella. No en estas condiciones y más cuando, hay una misión que completar.

- ¿Estás segura de esto? - Vanney le pregunta, conforme siguen caminando.

- ¿Dudas de esto? - Esmeralda se detiene -, porque no quiero que dudes, cuando ya todo está listo para el plan.

Vanney se queda pensando "No, es solo que esto me parece innecesario" piensa.

- Tienes razón, no debería dudar - sigue caminando y Esmeralda la mira con el ceño fruncido, confundida por su respuesta.

Cuando llegan a la habitación de la vampira, ven que Enrique sigue ahí - Deberías conseguirle una habitación - comenta Esmeralda.

Vanney no responde, aunque el castillo tenga miles de habitaciones, prefiere mantener al duque aquí. Vigilado las veinte cuatro horas al día, esto para no perderlo de vista, Vanney podría fácilmente conseguir una habitación para ella, no es como sí usara mucho la suya; ya que suele tener pesadillas constantemente, sobre las muertes que ella misma ha ocasionado.

- Me siento prisionero, de hecho - afirma Enrique, que está sentado en la ventana.

Las dos entran - Está no es una prisión - la vampira aclara -, es un medio para que no te vayas.

- Por la forma en como lo dices, parece que lo es.

Esmeralda mira a los dos, al mismo tiempo y nota la tensión entre ellos. Eso le causa gracia, porque sí ella se desaparece, es probable que se maten, antes de que empiece lo bueno. Puede que esté mintiendo, que no les esté diciendo la verdad, pero, ¿Desde cuándo ha sido honesta con los demás?, exacto, no lo ha sido y nunca lo será.

- Podría darte a los míos como comida, ¿Eso te gustaría?

- No gracias, prefiero ser "útil" como tú dices, a que ser comida de tus perros hambrientos.

Esmeralda interviene, ya que nota que los ojos de Vanney se pusieron rojos y sus venas se notaron debajo de sus parpados. Jamás había visto algo como eso y todo lo que le recuerda, es... a los demonios, que a veces las brujas invocan para hacer tratos, a cambio de un benefició para ellas mismas. Es el mismo terror que ha visto cuando las brujas hacen rituales satánicos o de brujería, la forma en como Vanney le mostró miedo a Enrique, es impresionante, pero le hace saber que no lo mate; no porque sea útil, sino porque es humano y debe tener un poco de corazón para no hacerlo.

Enrique alza sus manos en son de paz, levantando la bandera blanca y rendirse ante ella - No quiero tener problemas contigo - comenta, esperando aclarando las cosas con la vampira.

Vanney vuelve a su estado humano - Más te vale - le advierte.

- Bien, ya que arreglaron sus problemas... tenemos que pensar bien lo que haremos hoy.

PRINCESA GUERRERA  [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora