PRINCESA GUERRERA [Libro 1]

CAPITULO 13: Con toda libertad

Esmeralda había vuelto a su cabaña, luego de tener una discusión con Lisa, pero al mismo tiempo pensando en las palabras exactas que le dijo sobre hacerse cargo del problema, que en primer lugar, fue ocasionado por Adriana. No es su problema que las brujas siempre tengan que llevar con todo el peso del mundo sobre sus hombros, ella ha echo muchos sacrificios a lo largo de toda su vida, Hernis y Adriana, merecen estar muertas por todo lo que hicieron.

Regreso a su cabaña, había estado durmiendo con Lisa las últimas noches, no quería volver a casa después que el ritual de las doce lunas se completará. Pero ahora, prefiere estar sola y refrescar su mente por un segundo. Al entrar, noto que todo seguía igual, la cama intacta, su escritorio intacto y las ventanas cubiertas de polvo, se sentó en el borde de la cama y se hizo para atrás, mirando el techo.

Estos días han sido muy difíciles para ella, siente que a veces no puede respirar y no sabe como lidiar con todo esto.

Luego, está su problema de la marca de fuego, un problema que no ha resuelto todavía y hallar a Susana, no está resultando. Necesita ser más práctica y más lista que ella. Así que por eso, ideo un plan, uno que podría servir como distracción para la cazadora y así atraparla fácilmente.

Al poco tiempo, se quedo dormida, estaba muy cansada como para levantarse y volver a la aldea de las brujas. No tenía fuerza para caminar o para oír reclamos por parte de sus hermanas. No, estaba cansada y se merece un descanso.

Todo estaba oscuro, lo único que se contemplaba era el fuego asechando a una aldea pequeña del centro. La aldea de las brujas estaba cerca, pero se oía gritos por parte de los adultos. El fuego consumía una casa, pero el fuego estaba destruyendo aquella vivienda, estaba inhabilitando por un hechizo.

Una pequeña e inofensiva niña, veía como las brujas, sus hermanas no lograban detener el fuego y por más que ella quería hacer algo; no pudo, tenía miedo y fue cuando observo, cuando una mujer se acerco a ella. Está era pelirroja, muy hermosa y usaba un vestido negro hasta los pies, la mujer se agacho y le sonrió, sin malas intenciones.

-No temas, no te haré nada... solo necesito tu brazo.

La pequeña no estaba segura, no era tonta, pero accedió y al estar su brazo descubierto, Hernis coloco su palma sobre la piel y al momento que la toco, sintió mucho ardor, ella se quejo e intento soltarse, -Está bien, está bien - la tranquilizo, Esmeralda se quejo y cuando dejo una marca en su brazo, Hernis la soltó.

Hernis la condeno a temprana edad, pero Esmeralda no lo sabía, hasta que fue creciendo.

Abrió sus ojos y sintió una punzada en su marca, Esmeralda se levanto y vio que su brazo estaba oscuro, varias líneas negras se marcaban en su piel. Ella se quejo, el dolor es insoportable y eso la molesto un poco, pero sabe como quitarlo, las doce lunas son su única salvación y es con todo lo que se puede aferrar.

Por otro lado, Susana y Rosalinda estaban muy cansadas, el entrenamiento las dejo agotadas, incluso estaban adoloridas, en especial Rosalinda. El sol casi se ocultaba, por lo que tendrían que darse prisa, antes de que la noche caiga y tengan que volver a casa. Los tres se sentaron en el césped, no les molestaba estar un poco cerca del otro, para Rosi se le hacía agradable este lugar y más cuando está acompañada.

Tony no podía dejar de mirar a Rosalinda, con cierta curiosidad, quería preguntarle tantas cosas, no era el único, Susana también quería preguntarle sobre su vida. La cazadora se puso de pie, cuando el viento soplo sobre ellos, Susana amaba esto, que el viento pegue sobre su rostro y su cabello vuele, pero al mismo tiempo sentirse libre.

Ambos contemplaron la tarde, Tony cerró sus ojos, dejando que todo su cuerpo se relaje, mientras disfrutaba de ese momento, tan tranquilo y sin ningún peligro, por el cual salvar. Miro de reojo a ambas y se dio cuenta, que encontró una familia a lado de ellas y eso lo hace feliz en cierta parte.