Cuarenta y cinco.

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El canto de las aves se hacia tan lejano, algo picoteaba su ventana y no debía ni siquiera imaginarlo porque sabia que era una que otra ave que vagaba libremente, poco a poco algunos rayos de sol empezaban a asomarse sobre las cortinas, uno suave acaricio su rostro haciéndole saber que era de día y que debía despertarse. Lo primero que hizo al abrir los ojos fue mirar el techo, luego su mirada se situó sobre la mesita de a lado donde estaba su despertador "7:00 A.M" era muy temprano aun, su cabeza dolía en cierta forma, intenta recordar lo que sucedio ayer pero, solo vagos recuerdos aparecen en su mente. Se sienta en el sillón  tallandose un poco el rostro,  acaricio su mentón algo pensativo hasta que diviso algo mas en su mesita, un papel doblado a la mitad que tenia una estampa de una estrella, agarro el papel desdoblando el mismo.

"Joshua, se quien te puede ayudar pero, necesito que pongas de tu parte, como tu amigo, me gustaría que te dejaras ayudar por alguien profesional, yo estaré ahí apoyándose como siempre lo he hecho.

–Hansol."

Entonces los recuerdos vuelven aparecer en su mente, tuvo una crisis ayer por un simple beso que el mismo había ocasionado,  quería que la tierra se lo tragase y lo escupiera en otro lado, en vez de mejorar solo daba un paso hacia atrás. Creyó que había superado sus traumas, la muerte de su esposo, el abandono de su mejor mejor y primer amor, ahora que había vuelto, todo era un completo caos en su mente. Leyó más abajo de la nota una pequeña dirección,  la anoto en su teléfono para no olvidar a donde debía de ir junto con el horario, así mismo tomo el sobre que estaba en la mesita, algo que le serviría para volver a su antiguo empleo, al menos dentro de todo pudo recuperar con ayuda de Hansol su trabajo.

Joshua estaba eternamente agradecido con el.

Se siente extraño en aquel lugar, ajeno a su propia realidad, el está ahí, parado sobre la acera observando el edificio de blanco, las puertas de cristales, era tan fino, las personas salían y entraban, algunas solo vestían de blanco y otras simplemente eran ajenas. Joshua observo la hora en su teléfono,  entonces supo que la hora había llegado, así que no tuvo más remedio que entrar al recinto. Ese delicado aroma a alcohol y hortensias invadió sus fosas nasales, nada que el agradable aroma hipnotizado su llegada.

–Disculpe.

Hablo a la señorita de la recepción,  ella levantó su mirada de aquella revista juvenil que estaba leyendo y lo observo de pies a cabeza con duda–. ¿En que puedo ayudarlo?

–Tengo una cita con... –Miró su teléfono donde había guardado los datos–. Con la psicologa Jessie.

–¿A nombre de quien?

–Hong Joshua.

La señorita tecleo en la computadora buscando el nombre del americano a la par que tomaba el teléfono para hacer una llamada. Joshua observo el pequeño arreglo de hortensias que tenia en la recepción,  le daba un toque tan relajante, bueno, al menos para el era relajante.

–Pase, lo están esperando,  es al fondo a la derecha.

Agradeciendo por las indicaciones a la señorita tomo su rumbo a solucionar sus problemas. Confía en Hansol, si el lo había recomendado con ella era porque debía de ser buena y también porque tenía un problema. No era sano para el seguir viviendo con esos traumas del pasado y con ese duelo que parecía nunca acabar, que día con día parecía incrementar. Tocó la puerta escuchando un "adelante". Fue un gran cambio para el notar la diferencia de como era la habitación que afuera del lugar, era mucho más colorido y tenia posters que hacían referencia con la salud mental, Joshua se sentía como en un lugar desconocido pero, lleno de colores.

–Te estaba esperando, Joshua, por favor toma asiento.

Joshua se sentó en ese sillón de cuero café, era tan cómodo que el mismo podría dormir ahí.

–Me presebto, me llamo Harrison Jessie, seré tu psicóloga durante las sesiones que vamos a tener, pero no tengas miedo, si lo prefieres puedes tratarme como tu amiga y tranquilo, todo lo que hablemos aquí, se quedara en este consultorio.

El americano sonrió con suavidad con un pequeño alivio, el miedo de haber ido a ese lugar poco a poco se iba desvaneciendo.
–Gracias,  me llamo Hong Joshua, mucho gusto.

–Muy bien Joshua, platicame,  ¿Como estuvo tu camino hasta acá?¿Quieres un poco de agua o jugo?

–No, gracias estoy bien.

Comenzó a dialogar con la psicóloga empezandose poco a poco a desenvolverse, ella le tomo algunos datos personales a la vez que le hacia pequeñas preguntas triviales sobre el clima o si le gustaba algún deporte. Era como si estuviera haciendo una nueva amistad y se fuesen conociendo de a poco, algo sumamente grato.
Para su primera sesión no había estado tan mal, soltó una pequeña parte de esa presión que lo consumía por dentro que ahora de sentia más liberado, hablar con alguien profesional sobre lo que pasaba a su alrededor le había ayudado en mucho.
Durante las siguientes secciones fueron lo mismo, Joshua contando sobre su día a día, las experiencias vivías que tuvo en esas últimas semanas, aproximadamente un mes paso entre las secciones que ha tenido, parecía ayudar mucho en su nuevo estilo de vida, hoy como en otros días era su consulta, ahí estaba hablando sobre sus problemas,  los sentimientos que experimentaba día con día, la forma en la cual Hansol lo trataba y lo extraño que era para él estar cerca de Seungcheol.

–¿Amaste más a Seungcheol que a tu propio esposo, Joshua?

Joshua sintió un nudo formándose en su corazón,  el recuerdo se volvía a vivir como si el pasado se aferrase  a sus prendas, su mirada pasó a observar las nubes esponjosas que daban un bello paisaje por la ventana, el aire retenido fue soltado como un ligero alivio para aplacar su corazón.

–El fue alguien muy importante en mi vida.

Aғᴛᴇʀ ᴅᴇᴀᴛʜ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora