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Hansol lo había llevado a rastras para bañarse, no quería bañarse, quería seguir durmiendo pero el otro  americano de cabellos castaños baño su mayor aunque este le dijera que no lo hiciera y estuviera haciendo pequeñas rabietas.

– cállate te conozco perfectamente que te quedarías ahí sin hacer nada.

Escucho un bufido de este pero simplemente no dijo nada, cuando lo acabo de bañarse lo enrollo con una toalla y después lo hizo sentarse en la taza del baño, le seco sus cabellos y peino aquellos con delicadeza, Joshua ahora olía a vainilla, vainilla y brisa del mar.

–  Hyung, se que JeongHan no debió morir de aquella forma pero, el ni siquiera dijo nada, el prefirió que usted vivirá feliz a su lado hasta pasar sus últimos respiros.

A estas alturas para el americano le daba una inmensa tristeza recordar a su esposo, recordar su dulce sonrisa o su dulce voz lo hacía sentirse tan mal que él hubiera hecho cualquier cosa para tenerlo pero el no había querido, el se había hecho el fuerte para no ver sufrir a su esposo, ahora los sueños quedaron en el olvido, las metas en los cajones y su corazón en aquel féretro con su esposo.

«Su angel prefirió guardarse aquello para que nadie sufriera por eso.»

No lo odiaba, no, odiarlo estaría mal pero si sentía tristeza, sentía que el no pudo hacer nada para salvarlo, se sentía tan mal consigo mismo por no haber hecho nada.

Cuando terminó Hansol de secar su cabello se afeito la barba que estaba un poco larga pero no demasiado y después con ayuda de este se aplicó sus cremas corporales.

Saliendo del baño este otro le ordenó a aquel que se sentará en la cama, la habitación de Joshua era la única de la casa de la cual no se encontraba en mal estado, eso y que también el baño está bien.

– no tienes ropa limpia... ¿Desde cuando dejaste de lavar?

– desde que el se fue.

Escucho un suspiro de este y observo como revoloteaba su closet buscando algo hasta que sintió como le aventaba un suéter color rosa pastel y unos pantalones negros.

– póntelo es lo único no sucio que encontré.

Tomo de aquellas prendas recordando que estás habían sido las prendas con las cuales había tenido su primera cita con su difunto esposo, sin evitarlo ya se encontraba otra vez llorando cuando hansol le dejo ahí solo para vestirse.

–¿Por que JeongHan...? ¿Por qué me dejaste aquí?

Dijo entre lágrimas y su lamento solo se escuchaba en aquellas paredes.

«Recordarlo es como sacarme una espina.»

Aғᴛᴇʀ ᴅᴇᴀᴛʜ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora