Treinta y sei.

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Camino por las calles pensando en lo que la anciana le había dicho, si quería tener aquel cuerpo tenía que enamorar a Joshua, no sería fácil, no claro que no sería fácil pues Joshua no era un chico fácil siempre le había costado tener el amor de Joshua.

Soltando un pequeño suspiro llegó a una cafetería donde al entrar varias personas le saludaron así que por educación las saludo, se sentó en una mesa y al sentarse observo todo a su alrededor y después miró la carta que se encontraba ahí así para distraerse en algo comenzó a leer dicha carta mientras pensaba en cómo volver a conquistar a su esposo y así tener para siempre el cuerpo de Seungcheol, era egoísta lo que haría pero quería hacerlo incluso si seungcheol al final se estuviera arrepintiendo de haberle prestado su cuerpo el tomaría el cuerpo de aquel para tenerlo para siempre y con ello estar más tiempo con su esposo.

– Buenos días ¿En qué puedo ayudarle?

Se escucho una voz que sus ojos brillaron y se hicieron algo grandes, levantó la mirada y casi queriendo gritar y abrazarlo simplemente se quedó mirándolo.

Sin querer lo había encontrado

Aғᴛᴇʀ ᴅᴇᴀᴛʜ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora