Dɪᴇ Fᴏʀ Yᴏᴜ - [Aldryx x Flux]

#12

Acompañándole a su hogar, ambos entraron y fueron directo a la habitación de Aldryx, su padre y su hermano ya no estaban, y los empleados le señalaron que hace una hora se habrían ido a la gala realizada en el restaurante.

Apresurándose a ducharse, dejó a Flux sentado en su cama, encontrándolo en la misma posición en la que lo dejó una vez que salió. Acomodando la toalla alrededor de su cintura, le hizo un gesto de que cerrara los ojos, viendo el infantil gesto del chico pálido cubriendo sus ojos con sus manos.

"Que lindo" pensó al verle así, apresurándose a secar su cuerpo, para así ponerse un bóxer y una camiseta musculosa blanca, buscando entre su armario, sacando 2 tenidas de trajes.

— Ya puedes mirar ¿Me debería poner este o esté? —Le preguntó, volteando a verle mientras ponía un traje frente suyo y luego el otro.

El otro le miró realizar aquella acción un par de veces, y terminó por elegir el traje de la derecha. Agradeciéndole por la ayuda se guardó la otra opción y se comenzó a vestir, bajo la mirada de aquel pálido chico el cual trataba de no resultar ser un hormonado.

Una vez se vistió, acomodó su ropa, y poniéndose los zapatos le tomó del brazo.

— Ven, te pondremos un atuendo de mi papá.

— ¿Q-qué? —Se mostró algo confundido.

— Sí, serás mi acompañante. Ven, bonito.

Jalándole, salieron de su habitación, yendo hasta la de Solazar, entrando con tranquilidad, empujando a Flux hasta el vestidor, en donde habían varias opciones en los colgadores de atuendos formales.

Con detenimiento, fue revisando cada una de ellas y mirando a Flux, hasta que finalmente se decidió por una, tomándola y acercándose al nervioso chico encorvado.

Empezando por desvestirlo, notando como el nivel de nerviosismo de ese joven aumentaba a medida que le quitaba cada prenda.

— Creo que podría acostumbrarme a que me desvistas. —Dijo con un cierto tono coqueto.

Deteniendo sus acciones Aldryx le miró con seriedad, nunca le había oído coquetearle, de hecho, estaba tan acostumbrado a la timidez de ese muchacho que incluso se sintió algo avergonzado, sonrojándose el en su lugar.

Ignorando su comentario, continuó acomodando las prendas de su padre en aquel muchacho haciéndole ponerse derecho una vez habían terminado.

Alzando su mirada, viendo que realmente si se veía apuesto, ladeó su cabeza y le jaló un poco de la corbata.

— Que guapo, hasta dan ganas de manosearte. —Le devolvió el coqueteo de hace un rato.

— ¿Y por qué no hacerlo? —Volvió a mostrarse pícaro.

Riéndose un poco, evitó responder a aquello, principalmente porque sabía que le estaba gustando demasiado por donde iba aquello. Negando con un movimiento de cabeza decidió que lo mejor sería irse, ademas debía comentarle a su padre lo que había ocurrido.

Pidiéndole a un empleado que les llevara en otro de los vehículos, ambos fueron de camino a ese lujoso restaurante.

Poniendo su mano sobre su abdomen, sintió que le dolía un poco, realmente quería pasar por alto lo lastimado que había quedado su cuerpo por su violenta reacción, pero el ardor era persistente, aunque no insoportable.