Dɪᴇ Fᴏʀ Yᴏᴜ - [Aldryx x Flux]

#17

Terminando de secar su cuerpo, Aldryx se aproximó a su armario, sacando prendas limpias con las cuales vestirse, bajo la atenta mirada de su pareja, volteando en su dirección con seriedad.

— Deja de mirarme, me pones nervioso.

— ¿Mh? ¿Qué? —alzó su mirada a su rostro.

Ruborizándose un poco, le tiro la toalla húmeda al rostro, empezando a vestirse mientras el otro se quitaba aquella toalla de la cara volviendo a verle, pero ya estaba terminando de ponerse los pantalones.

— ¿Donde te quedarás a dormir? Me aterra que vivas solo. —dijo Aldryx mientras se ponía la camiseta.

— Me quedaré contigo Wara y Sasa un tiempo, realmente igual me da miedo el estar solo. La vez anterior no tuve muchas oportunidades de defenderme.

En cuanto Aldryx se acercó, posó sus manos en su cintura, recibiendo el consuelo de las caricias en sus mejillas por parte de las manos de su amado Andromeda. Cerrando sus ojos unos segundos antes de recibir un pequeño jalón de mejillas, el de piel rojiza no acostumbraba a expresarse tan amoroso, y por nerviosismo quería quitar la tensión del momento.

— Sabes que puedes quedarte conmigo si quieres.

— Nah, ya fue mucha carga mía sobre ti, puedo vivir por mi cuenta, cálmate. No moriré esta noche.

Soltando una pequeña risa, alzó su rostro, recibiendo pequeños besos del muchacho de pie frente a él, correspondiendo cada uno de ellos con alegría. Jalando un poco de su camiseta para atraerle, sintio como el de piel rojiza mordía suavemente su labio inferior, jadeó con suavidad y se apartaron, relamiendo sus labios, observó la pícara mirada del chico de pie, no perdía ese toque coqueto y dominante que solía manejar a veces.

Se puso de pie, soltando un suspiro, abrazando al más bajo, el cual correspondió con calma, realmente la paz entre ambos era algo agradable, al menos cuando había paz se podía disfrutar de ella. Dándole un beso en la mejilla al más alto, se separaron.

— ¿Te voy a dejar a casa de tu amigo?

— No, iré por mi cuenta. No deben vernos juntos por ningún motivo.

De mala gana, ahora era Aldryx quien se aferraba a Flux, abrazado a él por la espalda lo acompañó hasta la puerta principal, realmente no quería que se fuera, pero ya lo había tenido con él mucho tiempo, debía dejarlo libre un rato.
En la puerta, se volvieron a abrazar con total cariño, juntando sus labios en repetidas ocasiones, separándose con dificultad, eran algo pegotes.

— Llámame cuando llegues. —Dijo Aldryx.

— Sí, lo haré. Calma.

— Que llegues bien, cuídate.

— Que sí. —Flux se rió un poco.

— Te amo.

Deteniendo el paso, agarró aire, y se devolvió a él dándole un último abrazo, besando con total afecto sus labios se separó nuevamente.

— Y yo a ti. Nos vemos.

Alejándose rápido salió de aquel lugar, perdiéndose rápidamente de la vista de Aldryx, quien solo suspiró de forma pesada al haber tenido que dejarlo ir.

Cerrando la puerta, simplemente volvió a sus obligaciones en aquella enorme casa, estar solo y encerrado era aburrido, pero ni que fuera a ponerse a jugar con los empleados.