Dɪᴇ Fᴏʀ Yᴏᴜ - [Aldryx x Flux]

#24

— ¡Para, hijo de puta! —Reclamó Tabi, viendo a Agoti nuevamente ser sometido por uno de esos bastardos.

— ¡Silencio, ya seguiremos contigo, aguanta a tu turno! —Reclamó el robusto cazarrecompensas, jalando a Agoti de la arañada sudadera.— Te lo repetiré una vez más, ¿dónde está tu hermano y su pareja? No me haga ponerme de malas.

Mirándole con seriedad, Agoti no diría ninguna palabra, y para colmo, le escupió en la cara, cayendo de espalda al suelo cuando le soltó de forma tan brusca para limpiarse el rostro. Pateándolo en el estómago, logró quitarle el aliento al débil chico quien realmente estaba terminando con el poco nivel de tolerancia que le tenía, pero a pesar de los golpes y amenazas Agoti no soltaría ni una sola palabra del paradero de su hermano mayor, o de su cuñado.

Nuevamente metido en la celda, observó como el molesto cazador se retiraba, maldiciendo en voz alta a todo lo que tuviera vida, definitivamente eran tipos complicados, pero no era tan listo.

— ¿Estás bien? Déjame verte. —Dijo el ruso, acercándose a las barras de metal que los separaban

Dejándose sostener de la mejilla, Agoti soltó un suspiro, ojalá nunca hubiera estado en una situación así, pero al menos se había preparado mentalmente por años para eso. La fama era peligrosa, y por motivos evidentes de su alto rango en la sociedad debía tener más cuidado que otros de ser secuestrado.

— No debiste llevarle la contraria, hemos esperado por horas, ¿cómo sabemos si vendrán por nosotros? Ni siquiera saben donde estamos.

— Con la llamada es suficiente, además... —le enseñó la llave.— Robé esto del bolsillo de ese tipo.

— Mierda, Agoti. —Se mostró algo preocupado.

— Tranquilo, nos sacaré de aquí, pero debemos ser rápidos antes de que el grandulón vuelva. —le ofreció la llave.— Sal tú primero, debo esperar a que mis costillas se regeneren completamente para poder ponerme de pie tranquilamente.

Asintiendo, Tabi tomó aquella llave, apartándose de los gruesos y firmes barrotes de metal, miró fuera de la celda, confirmando que no hubiera alguien alrededor antes de tratar de abrir la cerradura. Con algo de dificultad, encajó la llave en la apertura del cerrojo, abriendo rápidamente su celda, saliendo de ésta para así apresurarse a abrir la de su amigo, guardando la llave en su bolsillo, se acercó a él, tomándolo de debajo de sus brazos, alzándolo con cuidado del suelo, el otro muchacho se quejó, gimoteando del dolor, aferrándose al ruso que le levantaba del suelo.

— C-con cuidado, bro. Estoy delicado.

— Lo siento, lo siento. —le sostuvo mejor.

Agitados, se tomaron unos segundos para acostumbrase, el contacto físico que no era agresión era bastante agradable, extrañaban eso, lo aceptarían viniendo de cualquiera. Separándose, Agoti se sintió mejor, apoyando su mano en su costado, cojeó un poco, habían zonas que dolían más que otras, pero se curaba rápido.

Al momento en el que salieron, el otro sujeto volvió a aparecer, mostrándose molesto al ver que se estaban fugando. Confiado en que al estar lastimados no podrían ir muy lejos, decidió no llamar refuerzos, tomando la iniciativa de correr hacia Agoti, era su prioridad, debía encargarse de él primero, pero no contó con qué Tabi volvería a interponerse.

— Patético. —Se mofó.

Era más fuerte, más grande y más hábil, pero no por eso el ruso dio su brazo a torcer. Dando honor a su nacionalidad dura, tomó postura más firme, y teniéndole lo suficientemente cerca lanzó el golpe.

En el momento en el que su puño se movilizó, una cinta de un material desconocido le acompañó, golpeando en partes iguales a ese cazarrecompensas, aturdiéndole lo suficiente como para tirarlo al suelo de aquel ataque en conjunto.

— ¿Ah? —Tabi siguió con su mirada aquella cinta la cual se devolvía llegando a Agoti.

Aquel chico que mantenía una postura derecha, épica al parecer del ruso, contrajo aquella cinta, acoplándola a su cuerpo nuevamente, envolvió la cintura de Tabi con una de ellas, jalándole hasta su posición, sosteniendo con su mano de aquella zona suspiró un poco, apoyándose en el hombro del ruso, quien permanecía totalmente atónito.

— ¿Siempre pudiste hacer esa mierda?

— Si, pero no quería tener que recurrir a esto. —Dijo con un leve temblor en sus manos, notando como un tono rojizo comenzaba a apoderarse d e la punta de sus dedos.— Debemos irnos.

— ¡No tan rápido! —Exclamó el mismo cazarrecompensas, levantándose tambaleante del suelo.

— Yo me encargo, calma eso de tu mano. —Dijo Tabi, volviendo adelante.

Le gustaría interrumpir nuevamente y terminar con todo eso de una vez, pero no había entrenado aquel poder que conllevaba, y dolía, quemaba por dentro. Sentía sus venas palpitar, necesitaba relajarse, pero ¿cómo?

...

— Debes quedarte aquí. —Ordenó Aldryx, dando un empujón a Flux. Metiéndole a la casa.

— Pero puede ser muy peligroso para ti, déjame ir contigo, puedo ayudar.

— Eres débil, serás una carga, no estoy en situación de ser tu niñera. —Respondió, manteniéndose totalmente serio.

Eso fue dañino, mostrándose algo dolido, Flux simplemente agachó un poco su mirada, sabía que Aldryx estaba preocupado por su hermano, pero no era excusa para tratarle de aquella manera. Esperaba mínimo una disculpa, pero verle voltearse e irse con su padre le hizo sentir aún más decepcionado.

¿Así habían sido las cosas siempre? Ahora comenzaba a desconfiar un poco de su "relación" con ese chico, ¿qué tal si en realidad no le amaba y solo estaba con él por sentir la obligación de protegerle?

Viendo cómo Solazar y Aldryx abandonaban el lugar a gran velocidad, suspiró, se sentía tan inútil, sabía que en su relación con Aldryx sería el de piel rojiza quien siempre se destacará en todo, y no le molestaba eso, pero en situaciones de peligro quería poder ayudar. Suspiró, mirando su teléfono, supuso que no tenía nada más que hacer.

Wara✨

¿Tas?-

-No estoy.
-Nah, ya. Dime que necesitas.
-No te compraré condones, la última vez los inflaste y llenaste de agua.

No, no, no es eso.-
¿Puedo ir con ustedes esta noche? Creo que soy una molestia para Aldryx.-

-Vale, ven, pero creo que deberías hablar las cosas con tu pareja.

No puedo, me dijo que soy una carga y se fue.-

- Damn, ven. Háblame acá, así me cuentas bien cómo fueron las cosas.

Guardando su teléfono, salió de aquella enorme casa que no me pertenecería, volvería en cuanto se solucionaran las cosas de esa familia, si en verdad era una carga tal vez no tenía nada que hacer ahí.