Capitulo #27

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(Vegetta)

Entre a la casa, tratando de no hacer mucho ruido. La cabeza aun me daba vueltas por la noticia. 22 años, y con un hijo en camino. ¿Qué mierda voy a hacer? Ni siquiera tengo trabajo. Además... ¿Qué será de nosotros? ¿Tendremos que ir a vivir juntos, o algo así? Enserio quiero mucho a Arianna, pero esto me está matando.

Me acosté en la cama y en cuanto cerré los ojos, me quede dormido.

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(Sydney)

Bostece y me estire lentamente. Hice la sabana a un lado y me senté en el sillón. Tal vez hoy sea un buen día.

Había sido toda una cobarde. Tanto, que no me atreví a volver a casa. No podía ver a Rubius. Tampoco podía ver a Ryan o Az. Ellos y sus estúpidos genes juzgadores.

Camine a la cocina y mire a Melanie, cocinando. Esta chica me transmitía mucha confianza. Tanta, que le pedí que me diera un refugio, y bueno, me dejo quedarme en su departamento.

-Buen día- sonreí- ¿Te ayudo con algo?

-No, ya he terminado.

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Platicaba con Mely, como si la conociera de toda la vida. Ella era bastante divertida, aunque a veces se quedaba en silencio y reprimía todas las lágrimas cuando una parte de la conversación le recordaba a su ex-prometido.

Ella había cocinado panqueques, y para ser honesta, estaba muy delicioso. Me recordaba un poco a los que solía preparar mi madre.

-Bueno Sydney, hoy saldremos a divertirnos- me dijo ella, masticando su ultimo pedazo de panqueque.

-¿Qué?- pregunte con la boca llena.

-No hay nada como una terapia en el centro comercial. Un día de compras para arreglar los corazones rotos.

Me sumí en mis pensamientos. ¿Qué estarán haciendo los chicos en este momento? ¿Habrán notado mi ausencia?

-¿Sydney?- Melanie agito su mano frente a mi cara- ¿Eso es un sí? ¿Quieres ir?

Asentí y le dedique una pequeña sonrisa. Ella hizo lo mismo y llevo los platos sucios a la cocina.

Camine a la sala y encontré mi pequeño bolso negro. Saque mi celular y observe las llamadas perdidas: 2 de Vegetta, 3 de Alexby, 6 de Willy, 11 de Mangel, 15 de Ryan, y unas... 35 de Rubius.

Y, básicamente, los mensajes eran de: "¿¡SYDNEY; DONDE ESTAS!? ¡¡ESTAMOS PREOCUPADOS!!"

Deje en visto a todos. Incluso a Az, que había escrito: "¿Sydney? ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? ¡Llámame! Puede que salgas con mi hermano, pero aun así eres mi amiga y te apoyare en todo".

Pero, ¿Qué mosca le pico a esa tipa? ¿"Te apoyare en todo"? ¿Desde cuándo se supone que somos amigas?

Bloquee el celular y lo guarde de nuevo en la bolsa. Este día lo usaría para relajarme.

Observe mi atuendo. Aún seguía con el vestido, y me dolía verlo. Aunque también me hacía rabiar.

-¿Quieres que te preste algo de ropa?- escuche la voz de Mely.

Asentí y la seguí a una de las habitaciones. Mely abrió la puerta de uno de los roperos y me sorprendí de ver tanta ropa. Tanto que daba un poco de envidia... tenía todo bien organizado.

-Elije lo que quieras- sonrió.

-¿Hablas enserio?- dije, aun sorprendida.

-¡Claro! Y nunca dudes en pedirme ropa, si es que la necesitas- me dio un ligero codazo- Para eso están las amigas.

Tal vez me sentiría como una vagabunda pidiéndole ropa, pero no me importaba, me había enamorado de todo su ropero.

Termine escogiendo unos shorts de mezclilla. Me llegaban a medio muslo y eran pegados al cuerpo. También una blusa azul cielo de tirantes gruesos, un poco holgada, con la palabra "Free" escita en el frente, con grandes letras negras. Me puse mis converse, me arregle el cabello en una bonita trenza y me maquille lo más natural posible.

Mely se puso un vestido sencillo, strapless, con un estampado floreado y algo de vuelo en la falda. Lo combino con unas sandalias blancas.

Nos miramos al espejo una última vez, para luego salir por la puerta, con una pequeña sonrisa en el rostro. Tratare de no pensar en Rubén. Ojala pueda lograrlo.

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-¿Y este?

Melanie salió del vestidor, usando un ajustado vestido color blanco de fiesta. Ella era bastante guapa. ¿Por qué su prometido la habrá dejado?

-Definitivamente me gusta más el rosa.

-¿Segura?- se miró al espejo.

-Muy segura.

-Bien, te hare caso.

Mientras Mely pagaba el vestido, yo salí de la tienda y me recargue junto a la puerta de entrada.

Revise WhatsApp porque tenía mucha curiosidad, y... mala idea. Ryan me había mandado muchos mensajes serios, como: "tenemos que hablar". Az también me ponía cosas similares, pero ella no me importaba en lo más mínimo. Los mensajes de los chicos eran más de preocupación; que si donde estaba, que si me encontraba bien, que si podía llamarles, que si blablabla.

Solté un suspiro y volví a dejar el celular en la bolsa. ¿Y si me rendía? ¿Y si me rendía con Rubén? ¿Y si me rendía con todo y simplemente desaparecía?

-¡SYDNEY! ¡Ahí estas!

•La Búsqueda• {Rubén Doblas}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora