Capítulo #34

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N/A: Hice un cambio de reparto. Ahora, Olivia Cooke como Sydney Valley. Tardaré un rato en cambiarlo de todos los capítulos, pero pronto lo haré. Les aviso para que no se confundan con el físico de Sydney y así.

(Willy)

Se estaba haciendo tarde, mucho. Vegetta no aparecía. Seguro se quedó a dormir en casa de Arianna. Sí, claro, "dormir". ¿Enserio ahora lo llaman de esa manera?

Alexby estaba dormido y parecía muy feliz. Bien por él.

Mangel igual estaba dormido, y no parecía tan feliz, él estaba un poco ausente y pensativo. No podía asegurar desde cuándo.

Rubius y Sydney estaban "desaparecidos", seguro paseando por ahí, o incluso "durmiendo". Nunca se sabe con esos dos. Me daba una gran curiosidad saber qué cosas pasaban entre ambos.

Tocaron al timbre, lo cual me extraño. ¿Quién será a esta hora? Mire el reloj: las 11 en punto de la noche. ¿Podrán ser Rubius y Sydney? ¿Un vendedor de pizza?

Abrí la puerta sin pensarlo mucho, bostezando. Abrí los ojos como platos y baje la mirada a mi cuerpo. No llevaba camiseta... oh-oh.

-¡Kate!- exclame, sorprendido.

Ella me sonrió con pena y note que sus mejillas se estaban encendiendo. Trate de cubrir mi cuerpo con la puerta. No me cambiaria, me gustaba verla apenada, por alguna razón.

-¿Quieres pasar?

Me hice a un lado y ella entro con lentitud. Ella se dirigió a la sala y se sentó, con una bonita sonrisa en la cara. Yo la seguí después de cerrar la puerta, trate de sentarme lo más cerca posible.

-¿Esta Sydney?- pregunto ella, mirando a su alrededor.

Negué con la cabeza y la mire a los ojos. ¿Para qué buscaba a Sydney a estas horas? Pero bueno, supongo que serán cosas de chicas.

-Salió con Rubius.

-¿Enserio?- ella abrió la boca, sorprendida- ¿Ya son una pareja, o algo así?

Me encogí de hombros. Las cosas entre ellos eran raras y complicadas. Yo notaba como Rubius la miraba. Y como Sydney lo miraba. Era obvio que se gustaban, pero, bueno, para ellos simplemente no parecía tan fácil. Aun así, me sentía feliz de que empezaran a aclararse los sentimientos.

-Pues... si ya son pareja, funciona perfecto para ti- dijo ella, bajando la mirada.

-¿Para mí? ¿Por qué?

Me acerque un poco más. Ella lo noto y su respiración se entrecorto un poco. Me gustaba saber que yo tenía un efecto en ella. Algo como lo que ella me hacía a mí.

Mire a Kate con curiosidad. Se veía más bonita que de costumbre. Su piel y su cabello poseían un intenso brillo y sus ojos eran tan hechizantes. Nunca me había detenido a observar con detenimiento su belleza delicada.

-Si...- dijo, sin mirarme- Seguro que a Az le encantaría asistir a una cita doble con Sydney y Rubén.

-No pasara.

-Oh, cierto, Sydney odia a Az- Kate siguió mirando el piso- Además de que, ella jamás saldría con la hermana de su ex.

Reí un poco. Me alegraba de que Ryan también estuviera fuera de nuestras vidas. Así no me encontraría a Az por casualidad, no quería momentos o tenciones incomodas. No sabía que había entre Ryan y Sydney, pero estaba seguro de que no era nada. Sydney no sentía nada por Ryan como yo no sentía nada por Az.

-Kate- la llame. Ella levanto la mirada y la observe a los ojos- Az y yo terminamos.

Ella abrió mucho los ojos, seguro por la sorpresa. Trato de reprimir su sonrisa, pero no le fue muy posible. Yo tampoco lo logre. No me sentía triste ni afectado. Az no era lo que realmente quería.

-Lo siento mucho...- susurro ella.

Estaba seguro de que no lo decía enserio.

-Honestamente, no me siento mal.

-¿No?

-Fue mejor que termináramos- sonreí un poco más.

Ella me imito. Su sonrisa era dulce y tierna. Sus ojos brillaban de cansancio. ¿Estaba ella tan cansada, como yo? ¿Cansada de juegos?

Tome a Kate del rostro e hice lo que he querido desde hace tiempo: besarla.

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(Sydney)

-Es tarde...

-Eres una aguafiestas.

-¡Claro que no!- reí.

-Demuéstralo.

Nada podía borrarme la sonrisa de la cara. Ni siquiera una aparición sorpresa de mi padre. Nada podía quitarme este momento perfecto.

Me sentía tan feliz, con una energía nueva recorriendo todo mi sistema, y a la vez, me sentía completa, como si fuera un rompecabezas y todas las piezas de mi vida ya estuvieran bien puestas.

-Es media noche.

-¿Y?- él levantó una ceja.

-Rubén- protesté con una sonrisa de adolescente boba- Mañana tendremos cosas que hacer.

-¿Cómo que cosas?

Eso mismo me preguntaba yo. ¿Qué pasaría mañana? ¿La perfección continuaría? Además, ¿Qué significaba esto? ¿Rubén y yo estábamos oficialmente saliendo, o...? ¿Y qué pasaría con el asunto de la pelirroja? O nuestra estancia en la capital... ¿nos tendríamos que regresar?

-Yo te diré que vamos a hacer- la voz de Rubén sonaba tan animada- Empacar, buscar una nueva vivienda y tal vez un empleo, avisarle a los demás y comprar un gato.

Fruncí el ceño y lo mire a los ojos. ¿Este era otro de sus locos planes? Me pregunto de dónde saca Rubén todas sus ocurrencias.

-Explícate, tablón.

Él soltó una pequeña carcajada y yo lo imite. Atrajimos la mirada de una vieja pareja, que luego nos sonrió con emoción, seguro recordando sus vidas de jóvenes.

-Bueno, quiero hacer un cambio- me abrazó con fuerza- Y te necesito para eso.

-¿De qué tipo de cambio estamos hablando?

-Uno radical.

-¿Y que significaría?

-Que estoy dispuesto a dejar el pasado, si lo haces tú conmigo- me miro a los ojos y guardo silencio por unos segundos- Sydney Valley, ¿te gustaría comenzar una nueva vida, conmigo?

•La Búsqueda• {Rubén Doblas}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora