Capítulo #35

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Maratón 1/?

(Sydney)

Él me suplicaba con la mirada, y debo ser honesta: se veía tan tierno.
Sonreí como tonta y miré al piso un momento.

-Bien, tú ganas- respondí al fin.

Él sonrió aún más y me dio un fuerte abrazo. Rubén comenzó a dar vueltas como niño pequeño, conmigo aun en brazos.

~~~~~~~~~~~

La mañana se había hecho. Rubén y yo empacábamos todo con rapidez, haciendo un terrible desastre. Nos daba igual.

-¿Qué hacen?

Mangel nos miró a ambos, parado bajo el umbral de la puerta. La miraba que nos dedicaba era de curiosidad, pero a la vez de picardía.

-Mahe, vamos a irnos- anunció Rubius.

-¿Irse? ¿A dónde?

-A donde nos lleve el viento- dije, como adolescente boba.

Mangel simplemente frunció el ceño. Abrió la boca, pero el timbre de la casa lo calló.
Salí de la habitación en dirección a la puerta principal. Dios, que sea todo menos Ryan o Az.

Abrí la puerta y me encontré con una chica rubia. Era mi imaginación o... esa chica se parecía mucho a mi padre.
La rubia venia acompañada de...

-¿Axel?

-¿Sydney?

-¿London?

-¿Rubén?

Miré a mis espaldas. Rubén se acercó lentamente a mí y miro a la rubia con los ojos abiertos, mientras yo veía al acompañante de la rubia con los ojos bien abiertos.

-¿Cómo la conoces?- le preguntó la rubia a Axel.

-Nos conocimos en un bar- comentó él- Y básicamente le quite la virginidad.

Hijo de puta...

Rubén abrió más los ojos y apretó los puños. Si él deseaba patear el culo a Axel, no me molestaría. Ese chico sí que se lo merecía.

-London, ¿qué haces aquí?- preguntó Rubén a la rubia.

-No vengo por ti- le contestó la tal London- Vengo por Sydney.

-¿Por mí?- dije incrédula.

-Tengo que contarte algo sobre tu familia- dijo London, asintiendo.

Miré a Axel de reojo. Ese chico no me estaba dando buena espina. No desde que se acostó conmigo y luego huyó.

-Sydney, soy tu hermana.

La rubia sonaba seria. Me dedicó una pequeña sonrisa y luego se cruzó de brazos. Axel soltó un suspiro y miró hacia otro lado, con incomodidad. Sí, claro, se acuesta con una hermana y luego sale con la otra. Espera... ¿Qué?

-No eres mi hermana- dije, sin dudar- Siempre he sido hija única.

-¿Puedo pasar? Quiero explicarlo todo.

Negué con la cabeza y le mire de mala manera. Sentía que esta chica estaba jugando conmigo. Era lo que menos necesitaba.

-Somos hermanas, Sydney. Cuatas*- insistió London- Mamá nunca supo que tuvo dos bebés.

-Estás demente.

-Hey- intervino Axel- No le digas eso.

-Tú cierra la boca- le dediqué una mirada asesina.

Axel simplemente se cruzó de brazos pero no dijo nada más.

-Mamá creía que solo tendría un bebé. Lo daría en adopción- explicó la rubia, con mucha tranquilidad- A la hora del parto, estaba muy drogada. Yo fui la primera en nacer y el encargado social me llevo al instante. Mamá no se dio cuenta. Cuanto tú naciste, ella demandó verte. El doctor no le aviso al trabajador social que eran dos bebés y ahí fue cuando mamá decidió criarte.

-¿Qué?

-Ella se había puesto en contacto con un trabajador social para poner a su bebé en adopción- London prosiguió- Nadie sabía que tendría dos bebés. A mí me llevaron al orfanato y tú te quedaste con mamá.

-No...- susurré- Ella me lo hubiera contado.

-Nunca supo- me dijo ella- Pero ahora, quiero hablar con ella.

Yo negué con la cabeza y solté unas pequeñas lágrimas. Rubén me dio un pequeño abrazo de consolación.

-No puedes verla- susurré.

-Sydney, no puedes prohibirme ver a mi propia madre- protestó London, sonando dolida.

-No es eso... Mamá está muerta.

La rubia abrió los ojos como platos y soltó unas cuantas lágrimas. Luego se abrazó fuertemente de Axel para soltar todo el llanto.

-Lo siento mucho- me susurró ella.

Yo no dije nada y seguí llorando. Rubén me abrazó con más fuerza, acariciando mi cabello.

-Entonces quiero ver a papá- dijo London, mirándome.

-Ni muerta- contesté.

-¿Qué?

London frunció el ceño y me miró sin entender. No tenía ganas de explicarle, pero al final de cuentas, ella tenía algo de derecho. Si es que es mi hermana de verdad...

-Papá nunca quiso saber nada sobre mí- dije- Lo que significa que sobre ti tampoco va a querer saber.

-¿De qué hablas?

-Nunca se quiso hacer cargo- me sentí enojada- No quiere saber nada de nada. Solo le gusta estar borracho.

-No me importa- dijo ella, necia- Quiero conocerlo. Es mi padre.

-Él no lo piensa así.

-Sydney...

-Si eres realmente mi hermana, confía en mí.

-Vaya... no llevamos ni 5 minutos juntas y ya tendremos nuestra primera pelea de hermanas.

-Pues es una lástima, pero no te creo nada- dije, dedicándole una mirada asesina- Me vale mierda lo que vengas a decirme. Tú no eres mi hermana.

Cerré la puerta con fuerza y luego corrí a encerrarme en la habitación.


*Cuatas/cuates: son bebés que en útero se desarrollaron en diferentes bolsas, por lo cual no se parecen tanto entre ellos. A diferencia de los gemelos, que se desarrollan en una sola bolsa y por eso son idénticos. 

•La Búsqueda• {Rubén Doblas}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora