(Sydney)
Mangel me abrazo primero y luego Vegetta. No había rastro de los demás, pero honestamente me alegraba. No necesitaba ver a Rubén en este momento. En ese momento, me estaba sintiendo pequeña, como una florecilla en medio de tanta oscuridad... perdida y asustada de la soledad.
-¿Dónde has estado? ¿Qué estabas pensando?- exclamo Mangel, muy molesto- ¡No sabemos cuánto nos preocupamos!
Puse los ojos en blanco, pero por dentro sentía las lágrimas querer escapar de mis ojos. Mire hacia el interior de la tienda; Melanie apenas iba en la mitad de la fila para pagar. Sentí la enorme necesidad de escapar de allí, escapar de Mangel y Vegetta, escapar de todos ellos.
-Sydney, ¿podrías explicarnos que paso ayer?- me pregunto Vegetta, con calma- Rubius no nos ha querido decir nada y ha estado actuando muy raro... para ser él.
Mire a Mangel a los ojos, luego a Vegetta. Solté un suspiro de cansancio, luego asentí varias veces.
-Eh... miren, las cosas entre Rubius y yo se complicaron y yo solo deje en claro que no pasaría nada entre ambos- comencé- Él tiene a la pelirroja, y yo estoy con Ryan.
Mangel frunció el ceño y miro a Vegetta, que tenía la misma expresión. Ellos estuvieron lanzándose miradas cómplices durante unos segundos, como si conversaran telepáticamente.
Tengo una sensación... Como si ellos supieran un lado de la historia que yo no. Como si conocieran un dato en específico que lo podría cambiar nada. Argh, pero que tonterías digo.
-¿Puedo saber qué pasa?- pregunte con impaciencia.
-¿Estas saliendo con Ryan? ¿Desde cuándo?- pregunto Mangel.
-Am... no lo sé. ¿Unas semanas?- me encogí de hombros.
Ellos volvieron a dedicarse esas miradas y ahora parecían más molestos que preocupados. ¿Pero que pasa aquí? ¿Cómo es que pasaron de preocuparse por Rubius a molestarme a mí y a Ryan?
-¿Qué? ¿Qué pasa?- solté un gritito.
-Veras... ayer Willy y Az salieron a una fiesta- dijo Vegetta- y Ryan también asistió.
-¿Ayer?
-Sí, justo después de que Rubius y tú se fueran.
-Bien, bien... ¿Y qué paso?- pregunte, temiendo la respuesta.
-Tomaron unas fotos, y... bueno...
Mangel saco su celular y me enseño una foto. Era un retrato de Az y Willy, abrazados. A su alrededor había mucha gente, todos con una sonrisa. Fue inevitable no notar a Ryan al fondo, besando a una rubia esquelética. Sentí un dolor de cabeza. Como si el karma me estuviera regresando todo. No comprendía lo que estaba frente a mí. ¿Ese era Ryan? Mi plan se desmoronaba si el... el...
-Ese no es Ryan- dije a la defensiva.
Mangel no dijo nada, solo se puso a buscar algo en su celular. Vegetta me miraba con cierta lastima.
-Bueno, Willy se puso muy borracho y comenzó a grabar videos y mandarlos- explico Vegetta, mientras Mangel seguía con su labor.
Este último me entrego el celular y yo me encargue de darle "play" al video que tenía ahí. Primero salía Willy bailando y diciendo tonterías. Luego se acercó a la barra. Estuvo tomando de su vaso, hasta que apareció Ryan. Ambos se saludaron, luego él le presento a la rubia. Después de unos minutos de plática, Ryan beso fuertemente a la chica, ella le regreso el beso con intensidad, casi tirándolo sobre la barra. No podía negarlo, ese definitivamente era Ryan.
Le devolví el celular a Mangel, mirando al piso. Tenía tantas ganas de huir, para siempre. Sentía un lio dentro de mí. No sabía que pensar, en realidad. Ryan me hacía sentir menos ridícula, hablando de no ser correspondida con Rubius. En cierto sentido, ayudaba a que mi autoestima no estuviese por los suelos. ¿Y ahora? Ahora me sentía completamente vacía y sola, como si no le importara a nadie. No tengo a Rubén, y al parecer, a Ryan tampoco. Entonces, ¿a quién mierdas tengo?
Solté unas pequeñas lágrimas, tratando de disminuir mi patético ser. Tratando de liberar un poco el dolor.
-Lo siento mucho-Mangel me dio un abrazo fugaz- Supongo que enserio querías a Ryan.
-¡NO!- grite- Solo salía con él para olvidarme de alguien. Alguien que claramente esta fuera de mi alcance. No quería dolor...
-Sydney... no sabemos que decir- suspiro Vegetta.
-No digan nada. Solo olviden que esto pasó y no me busquen más.
Me limpie la cara con el antebrazo, restregando con fuerza e hiriendo un poco mi piel por el fuerte roce. Sentí un ligero ardor en mis mejillas, pero no me importo. Tenía tantas ganas de herirme, porque me sentía estúpida y patética. Porque quería dejar de ser yo misma.
Ellos me miraron con tristeza, como si lo que estaba a punto de pasar fuera una pesadilla para ambos.
-¿Sydney?
Melanie me miro, luego a Mangel y Vegetta. Se acercó a mí y me dio un pequeño abrazo protector. Se sentía bien tener al menos a alguien de mi lado.
-¿Qué le hicieron, idiotas?- exigió saber, molesta.
Ambos se quedaron en shock y le dedicaron una media sonrisa a Mely, levantando ambos brazos como para indicarles que eran completamente inocentes de todos los cargos.
-Ellos no me han hecho nada- suspire.
Me sentía cansada. Todo esto era mucho para mí. Necesitaba desaparecer. Mientras más pasaban los segundos, minutos... más se incrementaba mi deseo.
-No los cubras, Sydney- exclamo Mely.
-Hablo enserio, Mel... ahora, vámonos.
Comenzamos a caminar, Melanie parecía apurada. Vegetta tomo mi mano, lo cual me impedía seguir caminando.
-Sydney, por favor- rogo- No queremos dejar de ser tus amigos.
-Dinos que podemos hacer- Mangel me miro con suplica.
-Es que, ¿no entienden? ¡No pueden hacer nada!- grite- Yo no puedo con esto, estoy cansada.
Ellos me miraron directamente a los ojos. Parecían querer darme pelea.
-¡Ya no puedo! Me gusta Rubius y esto me está matando. Me mata que él quiera a la pelirroja, me mata que tenga que esconder todo esto saliendo con Ryan.
Ellos abrieron los ojos como platos. Claro, no se esperaban algo así. Melanie me miraba con una sonrisa de orgullo.
-Solo no quiero heridas emocionales, ya no más. No soporto ese dolor, lo odio. Y si voy a sufrir así, prefiero valerme por mi sola, cuidarme por mi sola.
-¿Recuerdas la vez que te dije que no soy de los que rompen promesas?- dijo una voz a mis espaldas.
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•La Búsqueda• {Rubén Doblas}
FanficÉsta historia comienza con una búsqueda. Rubén desesperadamente quiere encontrar a su ex-novia, así que recluta a su grupo de amigos. En el camino de su aventura, Rubén conoce a una extraña en un bar. La chica se unirá a la peculiar misión de Rubén...