Para mí, es imposible describir con éxito la calma que me genera el ver las hojas secas caer de los árboles durante el otoño.
Podía pasarme horas sentado frente a mi ventana, viendo cómo una a una las hojas se descolgaban de su lugar, cayendo lentamente y dejándose llevar por el viento que las arrastraba hacia todos lados sin un destino en particular.
Poco a poco, comenzaban a amontonarse sobre el suelo, creando pequeñas montañas que de vez en cuando, aumentaban o disminuían su tamaño según la brisa.
Todos los años, esperaba con ansias la llegada de esta estación, y cuando finalmente lo hacía, me aseguraba de disfrutarla todo el tiempo posible antes de que nuevamente tuviera que despedirme de ella.
El frío clima no era un impedimento para mí, pues también me permitía disfrutar de muchos otros aspectos por el que adoraba el otoño.
Servirme un chocolate caliente antes de irme a dormir era de mis actividades favoritas, cómo lo era también pasar el día en cama viendo la televisión y con mi mejor amigo roncando a mi lado.
Prender la vieja chimenea del lugar y sentarme frente a ella por horas perdido en mis propios pensamientos mientras la tetera sonaba en la cocina dando aviso para ser retirada del calor.
Hoy, era sólo la primera semana desde la llegada de la estación, sin embargo de las ramas, ya se podía distinguir varias hojas cayendo distraídamente frente a mi ventana.
No estoy seguro de cuanto tiempo llevo ya en la misma posición sentado sobre el sofá mirando hacia el exterior, pero al menos por esta vez, no me dejé preocupar por ello.
Era sábado por la tarde, y con todos mis trabajos ya medianamente avanzados, me permití tomarme este día para darme una pequeña pausa de todo lo demás.
Muchos pensamientos comienzan a invadir mi mente al no tener una actividad con la que distraerme, y a pesar de no quererlo, me encuentro atrapado entre ellos sin poder evitarlo.
El otoño siempre me ha recordado a él.
Muchos momentos buenos y malos ocurrieron en esta época del año, y como una línea del tiempo, todos los recuerdos dulces y dolorosos pasan de manera veloz, mostrándome toda una trayectoria, una parte de mi vida que he luchado por dejar atrás.
—¿En qué piensas?—
Mi mejor amigo como siempre, llegó a mi lado, pasando una mano por mi cabello y esperando una respuesta que en realidad, ya era de su conocimiento.
—Lo extraño— respondí con suavidad, intentando como siempre, rendirme ante los buenos recuerdos que con tanto anhelo guardaba dentro de mi corazón.
El silencio reinó la habitación, y sabía que esa era la mejor respuesta que podía recibir.
Enfocándome en el suave movimiento de sus dedos sobre mi cabellera, cerré mis ojos con tranquilidad, respirando ese aroma a hogar que parecía resaltar aún más durante este tiempo.
—¿Quieres salir a caminar?— ofreció de pronto, con una voz calma mientras sonreía con afecto, sabiendo claramente cuál sería mi respuesta.
Mis ojos se iluminaron poco a poco al volver mi vista hacia la ventana y observar nuevamente las hojas acumuladas en el suelo por montones.
—Sabes que sí— respondí sonriente, tomándome mi tiempo para separarme con la intención de ponerme de pie y buscar una ropa apta para el clima.
—¿Quieres invitar a JungKook?— habló nuevamente Yoon a mi lado.
Deteniendo mis movimientos, lo observé en silencio, considerando su propuesta con calma.
Hace sólo dos semana habíamos vuelto de nuestras vacaciones en la universidad, y a pesar de que con JungKook habíamos vuelto a retomar los fines de semana en mi casa, por razones escolares esta vez no pudo concretarse.
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愛 Fear Of Men ᯇ ﹙ jjk ₊ ksj ﹚ 🐚𓇼
Random¿Un hombre gay con miedo a los hombres? SeokJin es un joven de 25 años que se encuentra en último año de su carrera de pedagogía infantil en la universidad de Seoul. Es apuesto, inteligente y con un sentido de humor único que logra atraer a un numer...