Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 15

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Mis ojos se abren con lentitud, y lo primero que me recibe son los leves rayos de sol filtrandose entre las cortinas de mi habitación junto al sonido del viento golpeando mi ventana.

Mi respiración es pausada, incluso demasiada para ser algo normal.

Mi pecho se hunde con dolor, y todo mi cuerpo se llena con tanta angustia que siento perder el aire.

A mi lado, escucho los leves ronquidos de mi mejor amigo, y a pesar de que el reloj digital junto a mi cama indica que ya es hora de levantarnos y partir, le permito disfrutar de un par de minutos más como recompensa por cuidar de mi nuevamente tras una noche repleta de pesadillas y recuerdos.

Soltando un suspiro entrecortado, mi garganta se cierra y mis ojos se humedecen de inmediato mientras yo con todas mis fuerzas intento retener que las lágrimas vuelvan a caer por mi rostro.

Un ruido proveniente de la cocina atrae mi atención, y enfocándome en ello, dejo de lado todos aquellos pensamientos que sólo empeorarán mi mal estado, y en cambio, elijo pensar en algo que permita a mi corazón volver a latir.

JungKook.

Prepara el desayuno tan puntual como cada día, y por el buen olor que se cola por debajo de la puerta de mi habitación, puedo comprobar que como siempre, está haciendo un buen trabajo.

El ruido de las tazas, la tetera con agua hirviendo y la tostadora siendo activada, me permite crear una imagen mental que logra sobreponerse ante cualquier otra línea de pensamiento ajeno.

En mis fantasías, lo veo a él caminando con calma por el lugar, con su cabello desordenado y apuntando hacia todas direcciones, sus ojos moviéndose por todos lados porque tiene la manía de preparar todo a la vez.

Según él, así le toma menos tiempo.

Si yo estuviera allí, probablemente lo miraría desde mi lugar en el mesón, con mi rostro apoyado sobre la palma de mi mano y mis ojos fijos en su figura.

Su rostro se calentaría al verse observado, y dándome una mirada tímida sonreiría dando la vuelta para evitar cualquier tipo de contacto visual conmigo.

Probablemente, pondríamos algo de música y tras un momento yo me pondría de pie, decidiendo darle una mano mientras entre movimientos de baile y un canto desentonado, acabaríamos con la preparación y serviriamos todo en la mesa para disfrutar.

La idea se me hace perfecta, y mi corazón por un breve momento, deja de presionar tan dolorosamente.

Sin embargo, la imagen que me recibe es totalmente opuesta a la que creé en mi cabeza.

JungKook abre la puerta en silencio, entrando lentamente con una bandeja sobre sus manos, manteniendo el equilibrio para evitar que la taza con humeante café se desparrame o caiga en el piso bajo él.

Sus ojos se encuentran con los míos, y no puede evitar mostrar la sorpresa que le genera el que yo esté despierto tan puntual en la mañana tras haber dormido sólo un par de horas la noche anterior.

Poniendo una sonrisa sobre su rostro, se acerca a paso lento, dejando el desayuno sobre el mueble junto a mi cama y tomando asiento en el borde de la misma.

—Buen día— susurra con cariño, estirando su mano con lentitud, esperando mi reacción y tras verse aceptado, acariciar mis cabellos como había hecho durante estos días.

Cerrando mis ojos, disfruto de su tacto, sintiendo como sus dedos tan amables pasan entre las hebras, acariciando con tanta suavidad que el gesto podría pasar casi desapercibido.

En silencio, me es imposible responder a su saludo, careciendo de la energía necesaria incluso para abrir mi boca y devolverle el gesto.

Él no se molesta sin embargo, y en cambio, tras una última caricia toma entre sus manos un trozo del humeante omelette del plato a su lado, estirandolo hacia mi boca e invitandome a recibirlo.

愛  Fear Of Men  ᯇ        ﹙ jjk ₊ ksj ﹚ 🐚𓇼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora