愛 Fear Of Men ᯇ ﹙ jjk ₊ ksj ﹚ 🐚𓇼

Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 17

Mis ojos se abren con lentitud, y mi cuerpo al instante comienza a quejarse, los músculos tensos debido a la incómoda posición en que se encuentran, siendo aplastados por mi propio cuerpo sobre ellos, soportando un peso mayor al que deberían.

Intentando estirarlos para que dejen de doler, me sorprendo al sentir un firme agarre a mi alrededor que me imposibilita mi tarea.

Enfocando mis sentidos, llega a mis fosas nasales un olor familiar, y presiento de pronto la respiración calmada de alguien exhalando justo sobre mi cabello.

El aliento cálido rebota sobre mi casco y de algún modo el poder sentirlo envía una extraña sensación de paz a mi interior.

Moviendo mis ojos, distingo la televisión apagada frente a mí, la mesa de centro y un cuerpo tendido con una manta sobre él en el sofá individual de la esquina.

Los ronquidos de Yoonie se oyen claros y fuertes, y sólo allí comprendo que el caluroso cuerpo bajo de mí corresponde a JungKook.

El recuerdo de la noche anterior finalmente llega a mi mente, y mi corazón vuelve a presionar con fuerza cuando revive de igual modo lo ocurrido horas atrás.

Hablar de Hobi no era algo sencillo de hacer, por eso me sorprendió ser capaz por primera vez de acabar la historia sin sufrir una crisis en el proceso que me detuviera en mi relato.

No sé si fueron los brazos de JungKook sobre mi cuerpo, el aroma calmante que desprendía su ropa, o simplemente la necesidad tortuosa que tenía de finalmente ser capaz de contar mi historia a alguien más, pero sea lo que sea, estoy agradecido de haberlo hecho.

El dolor de mi pecho seguía en su lugar, sin embargo, de algún modo me sentía más ligero, y mi mente por primera vez en años, se sintió mucho más despejada.

Inhalando profundamente, enofoco esta vez la ventana a mi derecha, viendo a través de la cortina como un muy leve rayo de luz se asoma, apenas perceptible entre la oscuridad que aún el cielo contenía.

El reloj de muro finalmente me da una respuesta precisa, indicando con sus varillas que apenas son las cinco de la mañana.

El sol está recién comenzando a salir, y aunque el frío cala en mis huesos debido a la poca calefacción y clara falta de mantas tibias sobre mi cuerpo, sabiendo que no podré seguir descansando me pongo de pie lentamente, sacando con cuidado el fuerte brazo que aún rodeaba mi cuerpo, liberandome de su agarre y despidiéndome de la única fuente de calor que mantenía mi temperatura corporal ligeramente nivelada.

JungKook no hace movimiento alguno, y sé que su cansancio es tanto que prácticamente lo noqueó contra el sofá.

En la mesa de centro frente a mi, la fotografía enmarcada me saluda desde abajo, mostrándose completa después de pasar años olvidada y oculta de mi visión por claros motivos.

La sonrisa de Hobi es tan radiante y sincera que es imposible que tus ojos logren despegarse de ella después de encontrarla, siendo tan cautivadora que perfectamente podrías olvidarte que junto a él, dos hombres más se encuentran sonriendo a la cámara.

Así era él, llamativo, alegre; atraía la atención de todos sin siquiera intentarlo, y llenaba de energía a muchos otros sin siquiera ser consciente de ello.

Sin embargo, a él jamás le interesó ser el centro de atención, ni mucho menos poder agradarle a todo el mundo.

Era un hombre humilde, sincero, que tenía un amor indestructible por su familia y seres queridos.

El día en que se tomó esa fotografía era una gran prueba de ello, y el recuerdo es tan claro en mi memoria que hasta podría creer que han pasado sólo días desde que ocurrió.