Una noche fría en la que solo se escuchaba mis tacones retumbar contra la acera aferrándome a mi abrigo deseando llegar a casa después de haber tenido otro día duro de trabajo...
Pero no todo sale como uno espera...
Suelto un jadeo de sorpresa cuando un grupo de hombres se ponen en medio de mi camino impidiendo mi paso.
Eran cuatro hombres, a pesar de la oscuridad puedo ver sus rostros pero sobre todo sus gestos.
Gracias a la poca luz veo sus formas de mirarme, como si fuera algo delicioso para ellos ya que los faltaba que se los cayera la baba.
Me dejan en claro lo que quieren cuando me miran de arriba abajo.
Solo me queda correr, correr todo lo que pueda sin tener nada con lo que poder defenderme.
- ¿Dónde vas tan sola princesita? - se ríe uno de ellos viendo el terror en mis ojos.
- Mmm una putita como tu no tiene que andar sola... - habla otro de ellos.
- Que buena que esta - otro más se une a decir asquerosidades.
Sin esperar un segundo más me giro, comienzo a correr ha pesar de que mis tacones me impiden correr todo lo que mis piernas puedan.
Miro por encima de mi hombro como comienzan a correr persiguiéndome cuando la lluvia se hace presente.
Suelto un pequeño grito cuando siento como me rozan el pelo en un intento de tirar de él.
El pánico invade todo mi cuerpo mirando a todos lados sin dejar de correr.
Veo una especie de almacén viejo que parecía abandonado.
Tengo suerte cuando veo que la puerta estaba medio abierta.
Entró tropezándome un poco sujetándome a lo que veo.
Había unas escaleras que parecían viejas, escucho las voces de los hombres y sin pensarlo comienzo a bajarlas deprisa teniendo mi respiración demasiado acelerada sintiendo como si mi corazón se fuera a salir.
Suelto pequeños jadeos de dolor cuando mis tobillos se tuercen por los tacones sufriendo.
- ¡AAHHH! - grito cuando mis piernas pierden el equilibrio.
Caigo por las escaleras sintiendo mi cuerpo como es golpeado perdiendo mi bolso.
Suelto otro grito cuando veo un segundo antes un gran cristal chocando contra él dándome tiempo apenas a cubrir mi rostro con mis manos.
El sonido de el cristal rompiéndose en mil añicos se hace presente.
Jadeo de dolor sintiéndome un poco aturdida, levanto un poco mí cabeza escuchando unos pasos para después encentrarme con unos ojos azules penetrantes...
¿Que la pasará a nuestra protagonista?
¿Quien será aquel hombre de ojos azules penetrantes?
Si quieres saber todo lo que va a pasar te invitó a que te quedes no te arrepentirás...