Capítulo 25

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Hacía mucho frio en la calle, llevábamos un buen rato caminando las dos intentando librarnos de esos hombres que venían a por Noa.

Nos detenemos en un sitio abandonado, Noa abre su mochila sacando una botella de agua bebiendo un poco para después ofrecerme.

-No, gracias - la digo levantando mi mano.

-¿Estás bien? - me vuelve a preguntar. - No tienes buena cara - me observa cuando me apoyo un poco en la pared, no mucho.

La verdad que no me encontraba bien, no podía mantenerme firme teniendo que apoyarme porque sentía que en cualquier momento me iba a caer.

-Solo necesito descansar un poco - la contesto. - Me llamo Evelyn, por cierto - ella me sonríe.

-Noa, aunque bueno ya lo escuchaste - habíamos estado alejándonos bastante pero cuando le perdimos de vista volvimos a bajar por otras calles y no estábamos lejos de su casa.

Otro nuevo alumbro todo el cielo, Noa se asustó.

-Tengo una linterna - vuelve a abrir su cartera metiendo la botella para sacar una linterna.

Me pregunto de donde abra sacado tantas cosas...

La enciende alumbrando él lugar por dentro.

-Cuidado hay cristales - le aviso cuando piso y se escucha algunos cristales romperse.

La ayudo a pasar entrando notándose que él viento no entraba tanto por lo tanto no hacía tanto frio.

Estoy alerta de cualquier cosa, ojalá poder tener un sitio mejor para la pequeña, pero no tenía ni un sitio para mí.

Además, no puedo hacer nada hasta mañana por ella, pensaba ayudarla a encontrar a su hermano así no andaría sola más por la calle.

Encontramos una habitación que no estaba muy destrozada, había todavía una mesa, sillas y una estantería con carpetas llenas de papeles.

-¿Tienes frío? - la pregunto al verla que le daban escalofríos.

-Un poco... - me contesta ella dejando su mochila encima de la mesa que había un que otro papel.

Abro mi cartera sacando las dos mantas que tenía, no eran muy gordas de invierno, pero valían.

Extiendo una en él suelo para luego dejar mi cartera encima.

-Ven, túmbate aquí - ella mira la manta en él suelo para después quitarse sus zapatos tumbándose.

Estiro la otra manta arropándola.

-Deberías dormir así se te hará más corta la noche, mañana te ayudare a buscar a tu hermano - ella me mira antes de contestarme.

-Gracias Evelyn eres muy buena - la sonrió.

Me siento en una de las sillas después cuando me acerco abriendo despacio mi mochila sacando una lata y un cubierto de plástico.

A lo mejor necesitaba comer algo y descansar, tal vez era eso y al día siguiente estaría mejor y con más energías.

Me dolía él cuerpo un montón y lo peor que no tenía nada para tomarme, así que solo me quedaba aguantar.

Abrí la lata comenzando a comer mientras observaba a Noa, se notaba que estaba cansada porque al cabo de los minutos termino quedándose dormida viéndose como un angelito.

Me termino todo lo que había en la lata que era fruta, tiro él bote a la papelera medio rota que había.

Ni si quiera me esmero en quitarme la chaqueta, con cuidado me meto dentro intentando no despertar a Noa arropándome.

Perdido Entre Tus CurvasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora