Lo único que se escuchaba en el despacho era mi fuerte sollozo mientras seguía echa una bola en el suelo abrazando mis rodillas contra mi pecho escondiendo mi rostro sintiendo como mi cuerpo ardía como los mil demonios y dolía.
Escucho él ruido de su cinturón cuando se lo comienza a colocar de nuevo.
-Has sido espectacular Evelyn como siempre - se pone a mi altura haciendo que de nuevo tiemble más fuerte y esconda aún más mi rostro. - Te portaste muy bien así me gusta, eres como el dulce una adicción que nunca podré dejar... - toca mi pelo apartándolo pero yo tapó más mi rostro sin poder parar de temblar.
Se levanta de nuevo subiéndose la bragueta cuando se coloca bien el cinturón.
Después se escucha sus pasos abriendo la puerta para después cerrarla de un portazo.
Sollozo comenzando a destaparme mirando a mi alrededor.
Me sentía hasta desorientada aunque sabía dónde estaba.
-Auch, ah ah - me quejó cuando pongo una mano en la mesa haciendo fuerza y luego la otra intentando levantarme.
Me cuesta al principio sintiendo mis muslos doler y mi parte con un gran escozor pero consigo sacar fuerzas consiguiendo levantarme quedando casi tumbada entera en la mesa.
Paso mi lengua por mis labios que estaban secos intentando controlar mi respiración acelerada.
Vuelvo a soltar otro sollozo fuerte sintiéndome a mi misma asco.
No se donde voy a ir pero si se que necesitaba una ducha porque me sentía sucia.
Cuando consigo ponerme un poco mejor cojo mi ropa rota poniéndomela como puedo tapándome con mi chaqueta.
Tenía ropa normal en mi taquilla allí podría dejar la que tenía rota y cambiarme.
Él se había ido pero a pesar de eso me seguía sintiendo manoseada como si sus manos aún estuvieran sobre mi cuerpo.
Abro la puerta costándome un mundo moverme.
Sin duda esta había sido la peor de todas.
Salgo viendo el pasillo mientras se escuchaba el bullicio de gente entrando y saliendo de los cuartos donde pagaban para beber y tener relaciones.
Apoyo mi mano en la pared caminando a pasos pequeños mientras la gente pasaba por mí lado sin mirarme ni si quiera por mi forma torpe de andar.
Solo un hombre se detiene mirándome, pero solo eso me mira y luego a los segundos vuelve a seguir con su camino.
Suelto un quejido de dolor, tras otro, tras otro con mi mano aún en la pared mientras me arrastro obligando a mí cuerpo dañado caminar.
Sigo dando pasos pequeños terminando por llegar a los vestuarios donde también teníamos unas duchas, nunca las había usado pero hoy sería el día.
Cuando entró doy gracias a que no hay nadie, me muero de la vergüenza si me ven en este estado.
Me apoyo en él marco de la puerta cogiendo impulso para alejar mí mano de la puerta y comenzar a caminar sin nada en lo que apoyarme.
Me tambaleo pero consigo no caerme llegando a mí taquilla en la que apoyo.
Cuando cogí mí ropa también cogí mí bolso.
Mí mano tiembla me doy cuenta de ello cuando la meto dentro de mí bolso buscando las llaves.
Lo que se me había caído lo guarde de nuevo en mí bolso, unos segundos después doy con ellas sacándolas.