Capítulo 37

3.8K 356 11
                                    

Aiden se había ido sin darme muchas explicaciones, se le veía agitado y que de verdad donde tuviera que ir no podía faltar.

Sus palabras me dejaron muy pensativas.

Estoy cerca de que se cumpla mí venganza por todo lo que te hicieron

Eso tenía que ver con él que era mí jefe del club, él fue quien me hizo más daño, lo peor de todo es que no podía hacer nada, no podía detener a Aiden para impedir que le pasara algo porque cuando se ponía así no había nadie quien le pudiera detener.

Después de lo que paso entre nosotros termine por ducharme e ir a ver más la casa, pero él tiempo pasaba y él no había vuelto.

Miro por la ventana viendo que ya era bastante tarde, de nuevo estaba preocupada por él sin saber que estaría haciendo en estos momentos.

Me prepare algo para cenar rellenando unas berenjenas poniéndole queso para después meterlo dentro del horno y que se hicieran poniendo él temporizador para que pintara cuando estuviera listo.

Me puse a ver la tele en la que solo salía noticias de muertes y más muertes era un horror todo.

Paso otro rato en él que las berenjenas se hicieron y me tuve que poner a cenar sola con un gran silencio.

Dios mío Aiden, espero que estes bien estes donde estes, ojalá poder tener tu número para llamarte y saber que estás bien.

Solo me quedaba esperarlo despierta hasta que él volviera...

Narra Aiden:

Abro la puerta de malas maneras cogiéndole de su camiseta tirando de él viendo como mira a ambos lados cuando le quito la venda que le tuve que poner en mitad del camino.

-¿Dónde me has traído? - se apresura a preguntarme.

-No tienes ningún puto derecho a preguntarme, ¡CAMINA! - le empujo teniendo sus muñecas atadas aún.

Le vuelvo a empujar para que termine por entrar en la nave abandonada donde estuvo Evelyn y mi hermana Noa durmiendo por una noche.

Van a destruir este sitio dentro de cuatro días si le mataba aquí por lo menos no encontrarían él cuerpo tan fácilmente al caerle todo él almacén encima y las maquinas le aplastaran enterrándolo.

Cuando estamos adentro un poco alejados de la entrada arrastro uno de las sillas viejas para después obligarle a que se sentara quitándole las cuerdas de su muñeca para unirlas a la silla haciendo que sus manos acabaran bien atadas detrás de su espalda.

Sonrió negando con mi cabeza cuando intenta ocultar una pequeña navaja que tenía en su bota izquierda.

-Sin duda eres un completo idiota si te pensabas que no me iba a dar cuenta - le digo quitándoselo para después abrir la navaja.

Mi móvil comienza a sonar le saco de mi bolsillo cogiendo la llamada sabiendo de quien se trataba, al no tenerlo agregado salía como numero desconocido.

Una vez que termine con esto tendría que romper esta tarjeta para que no pudieran encontrar nada después.

Me jugaba de nuevo la cárcel, pero me sudaba las pelotas, lo que fuera para hacer justicia por mi propia mano.

-¿Eres Aiden? - me pregunta cuando cojo la llamada.

-Sí - comienzo a decirle donde estoy y le cuento rápido un poco por encima de quien se trataba. - Con esto te digo que puedes sacar beneficios no me importa si te quedas con su negocio mientras que no sea vender él cuerpo de la mujer puedes usarlo como bar y de tapadera para la droga porque yo me retiro - le dejo en claro.

Perdido Entre Tus CurvasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora