Capítulo 42

3.4K 319 11
                                    

Mis manos me sudaban como nunca lo había hecho, no sé cuántas veces me había pasado mis manos por la tela de mi pantalón mientras que mi pierna derecha no paraba de moverse esperando impaciente a que me llamaran por mi nombre.

Después de haber ido a ver a mi hermana Noa estuve un rato con ella en la que la veía feliz con más ganas de todo sin duda la noticia de que pronto saldría del orfanato la alegro demasiado y no era para menos, se pasaba mal, aunque tuviera amigos y estuviera rodeada de niños.

Salgo de mis pensamientos cuando escucho la voz de un hombre llamarme, rápido me levanto caminando hacía él cuando me dice que podía pasar a su despacho.

Había tenido que subir unas escaleras en forma de caracol hasta llegar arriba donde tenía las oficinas, no todos los talleres eran así, este parecía organizado y bastante profesional.

Entro en el despacho después de él viendo cómo se sienta en su silla ofreciéndome a que me sentara en la silla que había enfrente de su mesa que estaba llena de papeles y bolis además de un portátil.

-No suelo aceptar entrevistas de un momento a otro así, pero me resultaste interesante Aiden desde que entraste a mi taller - le miro rezando para que no me reconociera, porque en un pasado fui bastante conocido mi cara estuvo en muchos papeles de publicidad sobre las peleas pegadas en las paredes de las calles por mucho tiempo.

-Me interesa y me gusta mucho este mundo de la mecánica señor - comienzo a decirle intentando dejar mis nervios atrás. - No tuve las mismas oportunidades que otras pudiéndome sacar todos los títulos que se necesitan para ser un profesional, pero si aprendí de los mejores - le vuelvo a decir recordando al viejo que sabía mucho de mecánica cuando me enseña a arreglar los coches viejos suyos y de otras personas que lo traían a nuestro garaje, confiaban cien por cien en él era un ejemplo a seguir.

-Ya veo que no tienes todos los estudios, pero más adelante puedes sacártelos sin ningún problema, en mi pequeña empresa he dado oportunidades a jóvenes como tú Aiden, los doy un tiempo para que me demuestren de lo que saben y si me gustan de verdad los dejo fijos, pero para eso tienen que dar siempre todo de ellos, queremos siempre dejar a los clientes contentos para que vuelvan con sus coches - asiento con mi cabeza.

-Estoy de acuerdo con lo que me dice señor, la mecánica siempre me ha llamado mucho la atención y creo que valgo para ello solo necesito demostrárselo a los demás que me den una oportunidad - estaba siendo sincero.

Mis nervios habían desaparecido un poco, no sé si lo estaba haciendo bien, pero estaba intentándolo hacerlo todo lo bien posible nunca me había tenido ver así, si busque trabajo, pero las otras veces que intente ir por el buen camino apenas me dejaban hablar veían mi curriculum y me decían la misma frase de siempre Ya le llamaremos señor si necesitamos gente, nunca llamaban.

Hay algo en ti Aiden - me mira para después mostrarme una sonrisa. - Se quién eres - al instante cuando le escucho me pongo rígido.

Mierda...

Esto es lo que no quería, que me reconocieran por mi pasado porque eso solo hacía que se me cerraran más puertas para comenzar de nuevo y no ir por él mal camino.

-Señor puedo explicarle - le digo rápido. - Mi pasado no ha sido él mejor, pero creo que todos nos merecemos una... - me corta levantando un poco su mano sin dejar de mirarme.

-Tranquilo Aiden, yo también fui joven y no tuve una vida fácil siempre estuve metido en problemas hasta que tire hacía adelante y tras trabajar mucho pude conseguir levantar este taller - suelto la respiración que me había contenido por segundo algo aliviado.

-Estuve en otros talleres antes, pero todos me rechazaron al ver que estuve en la cárcel y que fui boxeador hace unos años atrás, apenas me dejaron hablar - sabía que eso me iba a perseguir para siempre, pero solo podía llevarlo lo mejor que podía que no me afectara, aunque me siguieran pegando palos.

Perdido Entre Tus CurvasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora