Capítulo 41

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Después de haber acabado teniendo un desayuno demasiado delicioso con Evelyn me cambie de nuevo poniéndome un poco más formal que otras veces para poder salir a buscar trabajo.

Me estaba arreglando la corbata o bueno inténtalo, no era muy bueno para estas cosas ya que no era de usar ropa formal era más de chándal y como mínimo vaqueros.

Ya sé que en un taller no iban de traje porque acababas manchado por todos sitios, pero por lo menos que me vieran a primera vista como si fuera una persona formal o por lo menos eso iba a intentar aparentar.

Endurezco mi mandíbula comenzando a perder mi poca paciencia cuando sigo peleándome con la corbata.

Despego un segundo la mirada del espejo de cuerpo entero cuando Evelyn sale del baño con una toalla alrededor de su cuerpo después de haberse dado una ducha rápida.

Era increíble, nadie había conseguido eso en mí, ni si quiera la chica que se ganó mi corazón en mi pasado, pero cuando Evelyn me miraba con esos ojos y sus mejillas se sonrojaban bajo mi atenta mirada sentía paz, me relajaba era difícil de explicar con palabras, hasta para eso era malo, pero era malditamente increíble como que todo se me hacía menos pesado.

-Guau - entreabre sus labios claramente sorprendida cuando me observa de arriba abajo. - Estás... - se detiene sin saber que palabra usar.

-Distinto, lo sé - termino por ella.

-Malditamente guapo y... - sus mejillas se sonrojan de nuevo. - Malditamente sexy también... - sonrío sintiendo como toda tensión desparece de mí cuerpo, admito también que estaba algo nervioso porque si no encontraba un trabajo iba a estar más tiempo sin conseguir la custodia de Noa y no sé cuánto tiempo más podré estar así.

-¿Gracias? - alzo mi ceja mirándole divertido.

-¿Problemas con la corbata? - me pregunta cuando me ve como de nuevo me pongo a batallar con ella.

-Soy un completo desastre con esto - quito mis manos de la corbata cabreado conmigo mismo.

-Tranquilo - me sonríe Evelyn mirándome de nuevo a los ojos. - Yo te ayudo - la observo algo sorprendido.

-¿Tú sabes poner una corbata? - le pregunto torpemente.

-Sí - me sonríe. - Mi madre me enseño porque mi padre también era algo torpe con la corbata - su sonrisa se amplía, pero segundos después se va apagando poco a poco.

Joder...

Se limita a hacerla poniéndomela mucho mejor que yo estando algo incomoda cuando termina su sonrisa ya no estaba sobre sus labios ahora sus ojos estaban apagados.

-Ya está - me dice.

-Gracias - ella hace una mueca con sus labios como si no fuera nada, antes de que se alejara la detengo cuando atrapo su muñeca.

-Lo siento, lo menos que pensé es que recordarías tu... pasado lo que paso - ella niega despacio con su cabeza.

-No es tú culpa Aiden, solo me hubiera gustado tener una última imagen de mis padres más bonita, pero no se puede hacer nada - se esfuerza sonriéndome. - Estoy bien de verdad, ahora ves a ver a Noa y te deseo mucha suerte en las entrevistas tú puedes ya verás como encuentras un buen trabajo - deja un beso en mi mejilla, pero cuando se aleja un poco poso mi mano en su mejilla atrayéndola besándola con ganas.

-Así mucho mejor - la sonrió cuando nos separamos segundos después viendo como sus mejillas estaban aún más coloradas que antes. - ¿Sabes lo que más me gusta de ti? - se vuelve a formar otra sonrisa en mi mandíbula. - Que a pesar de todo y de ser una mujer fuerte eres todo un encanto y eso no lo pierdes nunca, eres tímida a pesar de tu carácter sigues sintiendo vergüenza, aunque nos hayamos visto desnudos más de una vez y eso me encanta enserio porque sé que se encuentra eso en pocas mujeres y me gustaría que siguiera así - sé que mis palabras provocaban más en ella y lo hacía también aposta lo admito.

Perdido Entre Tus CurvasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora