Vi a Ewart parado en la entrada de la escuela, esperando a pesar del frío que parecía colarse por su chaqueta. El viento jugueteaba con su cabello, y una punzada de culpa me atravesó el pecho.
De repente, levantó la cabeza hacia mí. Mi primer impulso fue desviar la mirada, intentando escapar de la mezcla de emociones que brotaba en mi interior. Pero no quería ser desconsiderado otra vez, así que dejé salir lo primero que se me ocurrió.
—¡Buen día, Ewart! Quería agradecerte por lo de ayer.
Las palabras salieron apresuradas, y antes de que pudiera pensarlo mejor, giré sobre mis talones para alejarme. Sin embargo, apenas avancé unos pasos cuando escuché sus pisadas suaves detrás de mí.
—¡Espera, Dominick! —Frené ante su petición, recompensado con su sonrisa dulce y brillante—. ¿Cómo sigues?
—Lamento haber sido desagradable después de todo lo que hiciste por mí. En serio, te agradezco mucho, pero no entiendo por qué te molestas en ayudarme. Eres popular y todo eso, y yo... bueno, yo no soy exactamente la persona más agradable para estar cerca.
—A mí me agradas —respondió mientras sus ojos azules se entrecerraban.
—¿Por qué? —pregunté, aún confundido—. Hace mucho que no hablamos. No me sorprendería si te alejas otra vez.
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Una primavera llamada Asher
Teen FictionEn el mundo de Dominick Decker, la marca de flor con la que se nace lo es todo, por lo que él, siendo un desmarcado no puede más que sentirse excluido, al fin y al cabo, la popularidad y el valor están definidos por aquello que no tiene. Con la ment...