En el mundo de Dominick Decker, la marca de flor con la que se nace lo es todo, por lo que él, siendo un desmarcado no puede más que sentirse excluido, al fin y al cabo, la popularidad y el valor están definidos por aquello que no tiene.
Con la ment...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El nombre resonó en mi cabeza, haciendo eco con una fuerza inesperada. Alec. ¿Podía ser una coincidencia? Alec, el nombre que siempre aparecía cuando algo tenía que ver con el pasado de Ash.
Me sumergí en un denso silencio, buscando desesperadamente una manera de confirmar lo que mi mente ya sospechaba.
Traté de recordar lo que sabía: Ewart había mencionado que Alec estudiaba en la Escuela del Este. Tal vez si lo confirmaba... tal vez no fuera solo una coincidencia.
—Lo siento, no recuerdo si Rebeca me habló de ello, ¿Dónde estudias? —pregunté, intentando sonar casual, aunque el nerviosismo palpitaba en mis palabras.
Alec me miró fijamente, y por un breve momento, juraría que vi un destello de reconocimiento en sus ojos. Mi estómago se retorció con la idea de que no estaba solo en mis sospechas.
—Ahora estudio en el Instituto Flor de Lys —respondió con naturalidad—, pero mi primer año fue en la Escuela del Este.
Fue como si el tiempo se detuviera. Mis sospechas parecían confirmarse, pero no tenía suficiente información para actuar con seguridad.
Antes de que pudiera seguir indagando, la voz de mi tío Jonathan nos interrumpió.
—¡Dominick! —llamó desde dentro de la casa—. Pasa, ¿ya conociste a Alec? Es el hermano menor de Rebeca, tiene tu edad, así que seguro se llevarán bien.