En el mundo de Dominick Decker, la marca de flor con la que se nace lo es todo, por lo que él, siendo un desmarcado no puede más que sentirse excluido, al fin y al cabo, la popularidad y el valor están definidos por aquello que no tiene.
Con la ment...
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Mis manos se tensaron de inmediato. No esperaba que él mencionara a Asher de esa manera, pero al mismo tiempo, algo en mí lo había anticipado. Alec lo sabía. Tenía que saberlo.
—Sí —respondí, midiendo mis palabras—. Lo conozco.
—No sé qué tan cerca estás de él, pero si lo estás... creo que necesitas saber algunas cosas.
Mi corazón se aceleró, y de pronto todo el aire en la habitación parecía demasiado pesado.
—Sé que hay algo en su pasado que no me ha contado y que tú sabes. No estoy seguro de qué pasó entre ustedes, pero Ash parece triste cada vez que lo piensa. Y ahora que hablo contigo... tú también pareces triste.
Alec pareció sorprendido por un momento, luego suspiró y se frotó la nuca.
—Vaya, no imaginé que la conversación tomaría este rumbo.
—Lo último que quiero es causarles más dolor. No quiero que sientas que te estoy usando para obtener información sobre él. No soy ese tipo de persona, y Ash tampoco lo merece. Pero... —suspiré, pasando una mano por mi cabello— no entiendo por qué todo tiene que ser tan complicado.
—Bueno, supongo que la verdad no es fácil hablar de lo que pasó. si Ash no te lo ha contado, quizás es porque aún lidia con ello. No soy la persona adecuada para darte esas respuestas, pero sé que las encontrarás. Aunque sí te puedo asegurar que Asher no es una mala persona y, tal vez sea idea mía, pero creo que te necesita.
