Las nubes se movieron en el cielo hasta que quedó solo un poco de azul y sentí cómo mi corazón, que latía con fuerza, ahora estaba en paz.
El paisaje cambió a medida que nos adentrábamos en el corazón del bosque. Los árboles altos y densos nos rodeaban, creando una especie de túnel natural. El aire fresco y húmedo llenaba mis pulmones, y podía oír el suave susurro del viento entre las ramas.
Seguíamos avanzando en silencio, pero esta vez no me importaba. Estaba absorto en la belleza del lugar, en la serenidad que transmitía.
—Gracias —dije al fin.
—¿Por qué?
—Por todo. Me has acompañado en los momentos buenos y malos, todo lo que has hecho por mí dejó una huella en mi interior. Ahora sé lo que quiero y espero que tú también seas feliz.
Ewart sonrió, y su sonrisa parecía iluminar todo a nuestro alrededor.
—Lo soy —respondió con sinceridad—. También te agradezco por todo, Dom.
De repente, Ewart se detuvo y levantó la vista hacia el dosel de hojas. Me quedé perplejo, sin entender qué había captado su atención. Entonces lo vi: un destello de color brillante entre la vegetación.
—¿Dónde estamos? —pregunté.
—Solo continúa, Asher debe estar esperándote.
Deslumbrado, comencé el camino. Me volví para agradecer a Ewart, pero sus ojos me dijeron todo lo que necesitaba saber. No eran necesarias más palabras. Seguí el camino, sin mirar atrás.
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Una primavera llamada Asher
Teen FictionEn el mundo de Dominick Decker, la marca de flor con la que se nace lo es todo, por lo que él, siendo un desmarcado no puede más que sentirse excluido, al fin y al cabo, la popularidad y el valor están definidos por aquello que no tiene. Con la ment...