Ewart me esperó pacientemente a la salida del club de arquería después de la práctica, su sonrisa reconfortante iluminaba el final de una tarde agotadora. Nos dirigimos juntos hacia mi casa, disfrutando de las pequeñas pláticas sobre nuestro día. Durante el camino, no pude evitar sentirme afortunado de tenerlo a mi lado.
Cuando llegamos a mi hogar, lo presenté a mi abuelo y a tío Jonathan como mi novio. Pese a que parecían sorprendidos lo tomaron bastante bien y les agradó conocer a Ewart.
Una vez en mi habitación, el nerviosismo de tenerlo en mi espacio privado se disipó rápidamente, pues su cercanía me hacía sentir seguro y en paz. Con un gesto amable, me indicó que me acostara a su lado en la cama. En seguida apoyé mi cabeza en su hombro, deleitándome con su perfume que me envolvía en una placentera sensación de paz.
Su mano libre cruzó su pecho para encontrarse con la mía y su pulgar rozó mis nudillos.
—Ya que estamos aquí, supongo que tienes muchas preguntas para hacerme —dije finalmente.
Nos miramos el uno al otro, nuestros ojos comunicaban más de lo que las palabras podrían expresar.
—Solo hay una que importa: ¿cómo te sientes?
Las comisuras de mis labios se movieron hacia arriba y desvié la mirada.
—Asustado —admití—. Ya conociste a mi abuelo y a mi tío. Ellos son mi familia, me acogieron cuando mis padres prefirieron a mi medio hermano.
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Una primavera llamada Asher
Teen FictionEn el mundo de Dominick Decker, la marca de flor con la que se nace lo es todo, por lo que él, siendo un desmarcado no puede más que sentirse excluido, al fin y al cabo, la popularidad y el valor están definidos por aquello que no tiene. Con la ment...