Aunque intenté rechazar el desayuno, la señora Jude insistió tanto que al final los acompañé. Miré confuso al suelo, pese a que estaba feliz de compartir el momento, me incomodaba no encajar bien.
—¡Vaya, Ewart, has conseguido traer a casa al chico más reservado del mundo! —exclamó ella con una risa contagiosa, mientras me miraba con curiosidad.
Sentí mi rostro enrojecer y mi mano tembló ligeramente en la de Ewart. Odiaba que otros intentaran desmoronar mi burbuja personal.
—Lo siento. No soy bueno interactuando con las personas.
—¡Nada de disculpas, cariño! —respondió con una amplia sonrisa—. Ya verás cómo poco a poco irás entrando en confianza con nosotros. ¿Cuánto tiempo llevan juntos? —preguntó con interés.
—Solo un par de semanas —respondí enseguida y forcé una sonrisa, demasiado nervioso para sonreír como era debido.
—Es toda una sorpresa, Ewart nunca ha salido con un chico —comentó la señora Jude con una mezcla de picardía y emoción.
El aludido movió el pelo de la frente sin retirar su vista del plato que aún no tocaba.
—¿Y eso es relevante porque...?
Detectaba cierta hostilidad en su tono de voz. Era una faceta de Ewart que no había visto antes.
—No creo que mamá pretendiera molestarte —intervino Ash por primera vez en todo el rato.
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Una primavera llamada Asher
Dla nastolatkówEn el mundo de Dominick Decker, la marca de flor con la que se nace lo es todo, por lo que él, siendo un desmarcado no puede más que sentirse excluido, al fin y al cabo, la popularidad y el valor están definidos por aquello que no tiene. Con la ment...