Cuando miraba hacia atrás, no podía evitar sentir que, a pesar de todo, los momentos de confusión valieron la pena, porque cada paso me acercó a este momento. Ahora, finalmente, estaba junto a Asher.
Llevábamos unos días saliendo, pero se sentía como si nunca hubiera sido diferente. Sin embargo, cuando me pidió que tuviéramos nuestra primera cita oficial, no pude evitar sentirme un poco fuera de lugar. ¿Era esto lo que se suponía que debía sentir? ¿Algo tenía que ser diferente ahora que éramos pareja?
El crepúsculo envolvía la ciudad en una manta de tonos cálidos cuando llegué al Nido del Dragón, el café que Asher escogió. La decoración con murales de dragones y detalles medievales me hizo sonreír; había algo casi mágico en el ambiente, como si nos hubiéramos adentrado en un cuento de hadas. A pesar de la belleza del lugar, una parte de mí seguía inquieta.
—Sabes, siempre he pensado que los lugares únicos como este son ideales para conversar —dijo Ash—. Se siente como si estuviéramos en un mundo solo para nosotros.
—Sí, es cierto. Este lugar es perfecto. Me hace sentir... cómodo.
A pesar de mi respuesta, en mi interior no dejaba de preguntarme qué debería hacer.
—¿Ya sabes qué vas a pedir? —me preguntó Asher con una sonrisa, sacándome de mis pensamientos.
Levanté la vista y vi cómo sus ojos brillaban con la luz tenue del lugar.
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Una primavera llamada Asher
Teen FictionEn el mundo de Dominick Decker, la marca de flor con la que se nace lo es todo, por lo que él, siendo un desmarcado no puede más que sentirse excluido, al fin y al cabo, la popularidad y el valor están definidos por aquello que no tiene. Con la ment...