Revelaciones

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Al borde de la muerte.

Ella me espera...

Que tranquila y que dura es.

Callada, de sonrisa tenue.

Su voz me atrae a ella.

Me dice no mirar a atrás.

Pero otra voz inunda mis oídos.

Contemplo a la inocencia.

¿Sabes quien es ella? Le pregunté curioso a la muerte, observando a la bella inocencia a mi lado.

Ella se queda callada.

No quiero morir sin antes haber probado semejante dulzura.

La miro y la contemplo.

Me devuelvo.

La muerte me toma del brazo y yo me giro para decirle que no me iré con ella.

Ella no entendía por qué me devolvía por una simple mortal.

Yo tampoco entendía.

No, no es una simpleza.

Es un ángel caído.

Ella solo busca amar.

Yo le daré lo que me pida.

La muerte abandona mi brazo y me permite ir a capturar a mi bella inocencia.

La oscuridad siendo consumido por aquellos ojos...

La oscuridad y la inocencia.

¿Por fin serán felices?

-

-


Uno de los hombres de confianza de Samael no me deja salir, le pregunté a Morgan, quien también estaba en el campo de entrenamiento conmigo, cuál era el problema, pero se quedó callado. Estoy angustiada y curiosa, desde que conozco a Samael, nunca había visto ese tipo expresión, preocupado, como sí, estuviera perdiendo a alguien importante.

Samael salió directo al lugar donde estaba Eliot.

Escuche a Morgan decir "fase uno" y miles de preguntas surgieron en mi cabeza.

¿Qué pasa en realidad con Eliot?

Ahora mismo me encuentro una banca, sentada a la espera de que Samael me permita volver al castillo, no me gusta para nada esto.

No conozco a estas personas.

Y Eliot me preocupa, aunque no lo conozca, me doy cuenta de que algo le pasa.

— Morgan... ¿Qué es lo que sucede? — Pregunte tímida, Morgan estaba a mi lado, no estaba sentado en la banca, estaba de pie y tenía una mirada perdida. — ¿Morgan? — Volví a preguntar, esta vez Morgan reacciono y se dio cuenta de que le estaba hablando.

— ¿Disculpe? — Morgan volteo a mirarme. — Señorita, no le escuche, disculpe, estaba distraído. — Morgan dejo de mirarme y volvió a ver el punto fijo que miraba anteriormente, a diferencia de los demás de este castillo, al menos Morgan me hacía sentir un poco segura. No debería confiar tanto en él, pero se comportaba respetuoso conmigo, tanto que llegaba a incomodarme que no me llamara por mi nombre.

Me hacía sentir como una desconocida.

Morgan es más tranquilo, su estilo de por sí es muy formal, tanto en su manera de vestir, como en su forma de hablar, era muy educado, muy diferente a su hermano Simón. Nunca he tenido una conversación con ninguno de ellos, solamente con Adara, ya que en durante mi obligatoria estadía aquí, Adara llego a ganarse mi confianza. Morgan da un suspiro y nuevamente lo volteo a mirar, esta vez, callada, simplemente lo miro.

Tentación siniestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora