Un deseo

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Nunca me fui.

Solo te observaba de lejos.

Para después capturarte.

🌚

La oscuridad.

Morgan me ha llamado para decirme que uno de mis hombres se lo han llevado al mercado negro para torturarlo por estar con un traidor. Ese traidor soy yo.

Ahora mismo estoy en el mercado negro, en una van, con vidrios polarizados y con anti vandalismo, estamos siete adentro, tenemos chalecos antibalas y nuestras armas listas, nadie se mete con uno de los míos, podre ser malvado y despiadado, pero nadie se mete con la gente que me es leal. Eso me enfurece. Y enojado soy el mismísimo lucifer.

—¿Y Eliot? — Pregunta Simón. — Siempre desaparecido. —Me mira formando una sonrisa en sus labios.

—Él ya está adentro. Me sirve muchísimo más adentro que aquí metido. — Le contesto, Eliot ahora mismo finge ser uno de los que tortura a las personas enjauladas.

—Recuerda que tiene bastantes personalidades ese maldito. Y cuando le pique los huevos, se sale de control. — Me mira riéndose.

—En estas misiones él sabe controlarse, ya no es un niño, como el día en que lo encontramos. — Respondo.

—Tiene razón, confiemos en él, hermano. — Responde ahora Morgan, quien antes estaba atento a las computadoras, ahora nos mira a nosotros.

—Morgan, entra en la parte trasera y ustedes dos irán con él —Señalo a los hombres que están a su lado — Simón, ira con ustedes tres, y el resto me sigue. — Termino dando la orden.

—¡Si señor! — Gritan entre todos asegurándome que me han entendido. — Entramos, rescatamos a las personas adentro, incluyendo a nuestro compañero, y explotan en lugar. — Vuelvo a repetir. — Si ven a alguien del otro lado, los matan. — Les recuerdo de nuevo el orden y el plan para entrar al lugar. La gente normal piensa que esto es un local abandonado, no lo es. Aquí se trasporta cuerpos de cualquier ser que pueda tener alguna funcionalidad en este negocio. Ya sean niños, bebes, mujeres u hombres. Son trasladados en jaulas, duran días encerrados en estas. Los cuidan bien, ya que sus órganos tienen que estar sanos. La mayoría de veces se fracasa en el traslado, se necesita mucha experiencia y rapidez para eso.

Esto depende ya del comprador. Si el comprador quiere el cuerpo de un niño abierto, sin órganos para utilizarlo para saciar su sed sexual, lo tiene. Si desea comprar mujeres para esclavizarla sexualmente, para prostitución o para la producción de bebes, esto incluye hombres también. Lo tiene. Sí quiere un recién nacido. Lo tiene. En este lugar hay mucho enfermo, con fantasías sexuales asquerosas nunca antes vistas. 

El mundo es el verdadero infierno. Los humanos están destinados a hacer el mal, y ser castigados, ese es su ciclo. Es su condena. Me acuerdo de las palabras de mi padre cuando por primera vez me trajo a este lugar.

En este lugar gana el que tiene más poder, el que es inteligente, y el que se sepa defender.

Mira Samael — Me habla mi padre.  Todo esto, es mi imperio. Y en el futuro, esto, será tuyo.

Quédate con tu mierda de imperio, no lo quiero  Le contesto. Me trato de ir, pero él me toma por las mejillas, obligándome a ver cómo le cortan el pecho a una mujer, sacándole todos sus órganos, lo peor de esto. Es que aún vive. Sus gritos de dolor se desbordan en mis oídos, dura unos minutos así hasta que, por fin, la mujer se calla, y me doy cuenta de que ha muerto. — Qué mierda, no quiero ver esto. ¡Ya basta!  Le grito a mi padre tratándome de zafar de sus manos, pero sé, que es en vano, él tiene mucha más fuerza que un simple niño de trece años.

Tentación siniestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora