Una cruda revelación

6K 221 29
                                    

Me mira a lo lejos.

Se hace la valiente, cree que puede ganarme en este juego.

Pero lo que no sabe, es que yo ya  gané desde que me miro con sus ojos.

Esos ojos misteriosos y seductores a los que soy adicto.

🥀

Samael me llevo de vuelta al hospital, se supone que debería estar feliz de venir de nuevo. Pero, mi mente no deja de pensar en la vacilación de su rostro, ahora una incertidumbre se ha creado en mí. La conversación que habíamos tenido en la mañana no se me olvidaba. Su rostro me genero un escalofrío y me dejo pensando.

Por el momento decidí ignorar mis sentimientos, bajarme del auto y entrar, pero algo en mí se siente distinto, nada será igual desde que Samael se entrometió a la fuerza en mi vida. Él es dueño de este hospital, y no solo es eso, me dejo en claro que si hago intentos de escapar o decirle a alguien de mi situación, ya sabría las consecuencias.

Mientras que íbamos en el auto, mi mente de la nada pensó en la opción de enamorarme de él.

Me sonrojé.

Solo es una estupidez. Es imposible que pase tal cosa.

Pero una calidez se está empezando a formar en mí, algo que debo a toda costa evitar.

A veces olvido que él es peligroso.

Que es un criminal y un loco obsesionado por mí.

Y que me secuestro... Y me tiene amenazada con hacerle algo a mi hermana.

Que me esté trayendo al hospital, me parece sospechoso. Planea algo...

—Vengo a recogerte a las ocho. —Habla Samael desde el auto.

—Mi turno acaba a las diez. —Conteste.

—A partir de ahora tu turno acaba a las ocho, es orden del dueño angelito.

—Idiota. —Murmuré. —Ya entraré, adiós. —Intento decir, me bajo del auto rápidamente para mantenerme lo más lejos que pueda de él, pero se baja de auto y se acerca a mí. —¿Qué haces...? —Hablo, pero sus labios se juntaron contra los míos, dándome un largo beso. —¡Suéltame! Estamos en la calle. —Hable tratando de alejarlo de mí, si alguien nos ve en esta situación pensará soy una aprovechada.

—Se te olvido despedirte bien angelito. —Me habla y su mano baja a mi trasero masajeando este. —Cada día te ves más hermosa, es imposible no irme sin marcar lo que es mío. —Sonríe.

—Tonto, no soy tuya, deja de proclamarme de tu pertenencia. —Gruñí.

Se acercó y su mano llevo un mechón de mi cabello atrás de mi ojera —Eso no demostraste anoche. —Susurra y yo me sonrojo ante su acción. —Temblabas tan delicioso que hasta gemiste mi nombre.

—¡Cállate! No hables, es voz alta.

Se ríe, me da un beso en la frente y se dirige al auto. —A las ocho. —No dice nada más, enciende el auto y se marcha.

Cuando me volteo para entrar veo a Angelina parada justo en frente de mí, mirándome con la boca abierta.

Mierda.

Me acerco a ella rezando internamente para que no se hubiera dado cuenta.

Por su cara, lo más probable es que si se diera cuenta.

—¿Es tu nuevo novio? —Pregunta, apenas me acerco. —Vaya... —Dice mirándome con algo de decepción. Su cara se ve cansada, tiene ojeras en sus ojos, está mal peinada y me habla con un tono de voz enojada y triste a la vez.

Tentación siniestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora