Oscuro deseo

5.8K 202 12
                                    


Mi cuerpo necesita tanto tu presencia.

Eres mi esperanza.

Tus preciosos ojos me hipnotizan.

Oh, mi glorioso ángel.

Apiádate de este ser malvado que busca tu amor.

Este miserable ser obsesionado.

¿Tú eres la puerta al paraíso?

Yo soy tu siervo.

Soy tu esclavo.

Soy todo lo que quieras ponerme.

Soy enteramente tuyo.

Tú... ¿Eres completamente mía?

Bendito sea entonces el espíritu quien te creo para mí.

-

-


No tengo palabras para describir este momento. Samael me monto a su auto, todavia con la vergüenza por todo lo que pase, simplemente me abrocho el cinturón, quedándose callado en todo el camino al castillo.

El castillo...

Un enorme lugar.

La primera vez que explore todo el lugar, me sentía como de la realeza.

El aura que emana este castillo me genera inquietud.

Llegando a la entrada del castillo noto a Samael apretando el volante de su auto. 

Está tenso.

No entiendo qué le sucede.

Se baja del auto y va directamente a la otra puerta, la abre y me saca con sus enormes brazos. —¿Qué me vas a hacer? —Pregunto un poco más curiosa que asustada. Samael no me responde, me lleva cargada hasta la entrada principal. Adara camina con un florero en sus manos, cuando nos ve se sorprende, pero no dice nada.

—¿Samael? —Vuelvo a preguntarle, me aterra que no me conteste. No logro descifrarlo. Samael sube las escaleras del castillo, me está llevando a su habitación... Todavía tengo los vagos espasmos en mí entre pierna, toda esa parte está húmeda, como si me hubiera orinado encima. Mi cuerpo tiembla al pensar en lo que me va a hacer.

¿Me torturará?

¿Me castigará?

¿Me hará más daño de lo que ya me hace?

¿Qué piensa hacerme?

Tantas preguntas y ninguna maldita respuesta de su parte.

Sigue callado, cuando abre la puerta de su habitación, me baja y yo me quedo parada como una idiota a su lado, esperando por su próximo movimiento, Samael cierra la puerta y voltea a verme con una expresión que me aterra.

Mi cuerpo se estremece.

—Angelito, has sido atrapada por la oscuridad. —Empieza a hablar y se quita la chaqueta formal que traía combinada con su traje, dejando a la vista su camiseta negra. —A partir de este momento, no podrás escapar de mí, nunca más.

—¿Qué me vas a hacer? —Cuando por fin logro preguntarle, está tan cerca de mí que me arranca la bata blanca del hospital que traía puesta. —¡¿Qué haces?! —Trato de impedir lo que piensa a hacer.

Samael empieza a besarme el cuello arrinconándome en la cama, me da un pequeño empujón tumbándome por completo, mis manos tiemblan por lo que está intentando hacer. —Esta noche te daré lo que tu cuerpo pide a gritos, angelito. —Me mira con unos ojos fríos que vislumbran un deseo sobrenatural.

Tentación siniestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora