Una desaparición

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Como pesa la noche.

Pero qué hermosa es.

No me importa nada más.

Solamente la persona a mi lado puede llenarme y hacer de esta noche perfecta.

Quiero decirte tantas cosas...

Pero si te fijas en la forma en que te miro...

Ya lo sabrás todo.

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A veces puedo llegar a hacer una persona obstinada.

Definitivamente, no debía entrar a este lugar, lo sé, soy alguien que a veces actúa por sus impulsos y no con la razón. Mis acciones solo me llevarán a más problemas.

En estos momentos estoy siendo acorralada por Eliot...

O Luzbel.

Morgan me advirtió sobre no entrar, y esperar las órdenes de Samael, pero nuevamente mi curiosidad rebasó el límite, Luzbel tiene una daga en su mano y me mira con su carita perversa, estoy pegada en la pared y ando rogando porque esta me consuma y me desaparezca de su campo de visión.

—Te has quedado muda, ratoncito. —La voz de Luzbel no para de sorprenderme, cambio completamente, la voz de Eliot es más tranquila y áspera, pero la criatura al frente mío es completamente desconocida.

—¿Luzbel?... Tú eres... Eliot. —Mi voz entrecortada y asustadiza hace que él entrecierre las cejas.

Su mirada pasó a ser fría.

¿No le gusta que nombre a Eliot?

—¡Soy Luzbel! —Gruñe, pero al momento que lo hace suelta un quejido soltando la daga para tomar con fuerza su cabello. —¡¡Ahh!! ¡¡Maldita sea!! ¡¡Quédate callado!! ¡¡Cállate!!

Me quedo impresionada al ver su reacción.

Se ha tirado al suelo y está restregándose en él.

Grita desesperadamente.

—¡¡Eliot!! ¡¡Maldito seas!!

Es Eliot quien evita que Luzbel se comporte como un sádico.

—¿Eliot? —Pregunto. —¡¡Eliot!! ¡¡Puedes controlarlo!! ¡¡Hazlo!! —Grito con todas mis fuerzas y me agacho para evitar que se golpee fuerte la cabeza. - ¡Vamos Eliot!

El grito desgarrador que suelta me deja pasmada.

Se escucha la puerta abrirse detrás de mí. —¡¡Samael los encontramos!! —La voz de Morgan hace que voltee a verlo.

—¡¡Ayúdame!! —Le ordeno al ver que Eliot se golpea fuertemente la cabeza contra el suelo. —¡¡Puede darle un derrame por tantos golpes!!

Morgan me obedece y entra junto con Simón y Adara. —¡¡Sosténganle los brazos y las piernas!! — Samael entra a la habitación y nos ayuda a sostener a Eliot, mientras él hace movimientos desesperados.

—Samael ¿Trajiste la inyección? —Pregunta Morgan y Samael asiente la cabeza, alza su brazo inyectándole un líquido desconocido para mí.

Quiero creer que es un tranquilizante.

Efectivamente, lo era cuando veo a Eliot calmar sus movimientos descontrolados y respirar profundo para cerrar después los ojos.

Se quedó dormido.

Tentación siniestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora