La traición de Aizen.

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Capitulo 8


La traición de Aizen.

.Esa mañana el Seireitei estaba sumido en el caos. Varios capitanes peleaban entre sí. Ukitake y Kyoraku hacían frente a la ira del capitán -comandante por interferir en la ejecución de Kuchiki Rukia. Orihime, Sado e Ishida, intentaban escapar del Sōkyoku junto con la sentenciada a muerte.

Ichigo libraba una feroz batalla con Byakuya quien no quería que su hermana fuera liberada. Ahora a él solo le importaba el cumplir con las leyes y el honor del clan Kuchiki. La pérdida de su gran amor y el lacerante dolor que lo acompañaba desde entonces terminó por convertirle en una persona carente de sentimientos. Negado a volver a sentir nada parecido al amor.

Cuando su batalla con el Shinigami sustituto terminó y gracias a las palabras de Ichigo, comprendió lo muy equivocado que había estado tomando esa postura. Ya plenamente consciente de su error y derrotado por el pelinaranja, decidió retirase del campo de batalla. Justo en ese momento, les informaban de la traición de Aizen, Ichimaru y Tôsen, a la vez que aprecian de la nada y como por arte de magia; Aizen, Rukia y compañía.

Ichigo corrió hacia la morena que era atrapada por las manos del capitán de la 5ª división. Sosuke derrotó a shinigami sustituto con solo mover un dedo. Después sin ningún esfuerzo, retiró el Hōgyoku del interior de la muchacha tirando su cuerpo lejos de él. Eso era lo que le faltaba para llevar su maléfico plan acabo.

Justo cuando se disponía a rematarla, Byakuya se interpuso recibiendo él la estocada en uno de sus hombros. Cayó de rodillas al suelo mareado por la pérdida de sangre debida sus numerosas heridas causadas en el enfrentamiento con Ichigo. Aizen se le acercó hasta quedar a su altura.

- ¿A que me recuerda esta situación?- Preguntó el castaño con una sonrisa en los labios. Byakuya le taladró con la mirada.

- No dejaré que hagas daño a mi hermana. Ya sabemos todos que eres un traidor.- Sus palabras estaban cargadas de desprecio.

- Ya me acuerdo. Renji me miraba igual que tú, cuando acabé con su vida hace 40 años.- Aizen agrandó la sonrisa después de ese comentario. Byakuya sintió como una enorme furia crecía en su interior. Tenía delante al maldito que mató a su amado y encima se deleitaba contándoselo.

- Tú... acabaré contigo.- Siseó, para después intentar atacarle. Cosa que no fue posible debido a su falta de fuerza en ese momento.

Cuando el castaño se disponía a dar el golpe de gracia al Kuchiki, se aparecieron el resto de capitanes y tenientes incluyendo a los traidores. Los siguientes momentos fueron de profundo caos. Todo terminó cuando tres haces de Negación envolvieron a los tres proscritos, imposibilitando un ataque contra ellos.

Después de soltar un largo discurso sobre su dominación de los tres mundos, Aizen y sus secuaces, desaparecieron camino de Hueco Mundo. Al día siguiente, el Seireitei volvía un poco a la calma.

Todos estaban muy sorprendidos por lo que había pasado. El Sôtaichô Yamamoto se disculpó con Ichigo y sus compañeros por cómo se los había tratado. Nombrando a este primero, shinigami sustituto a cargo del pueblo de Karakura. Rukia días después, recuperó sus poderes de shinigami y se reincorporó a su escuadrón.

Hacía ya varios días de la partida de Aizen a Hueco Mundo y de Ichigo a Karakura. Byakuya esa mañana se encontraba en su habitación pensativo. La habitación aunque sencilla, era muy bonita. Tenía una enorme cama de matrimonio. Su cabecero era de madera de ébano labrado, al igual que ambas mesillas de noche y el resto de mobiliario. También había un gran sifonier a uno de los lados de la habitación. Justo en la pared de enfrente de la cama, había un pedestal en el que descansaba una zampakutô. Byakuya la miraba rememorando los buenos momentos vividos al lado de su antiguo dueño. Unos golpes en la puerta, le indicaron que alguien quería hablar con él.

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