No sabes lo mucho que te he echado de menos.

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Capitulo 18.


No sabes lo mucho que te he echado de menos.

Renji saltó el muro de la mansión Kuchiki como hacía cada noche. Odiaba tener que entrar por la puerta y aguantar la mirada desaprobatoria que le regalaba todos los días el mayordomo al abrirla. Byakuya le miró con un gesto de reproche cuando lo tuvo a su lado.

-¿Te vas a pasar toda la vida entrando como un vulgar ladrón a tu propia casa?- Peguntó el moreno torciendo un poco el gesto.

- Si, ¿Por qué no?- Renji se encogió de hombros.- A demás esta no es mi casa. Que yo sepa, ni siquiera tengo una.- Habló de lo más normal.

- Eres insufrible cuando te pones melodramático.- Recriminó el Kuchiki un poco cansado de la actitud negativa de su amante.- Te he dicho hasta la saciedad que esta es tu casa.- Byakuya empezaba a estar arto de tener que repetir siempre lo mismo.

- Vale, no te enfades. Mañana entro por la puerta.- Renji le besó para que se le pasara el cabreo momentáneo.

- Así me gusta. Ahora vamos a cenar que ya es muy tarde.- Byakuya cuando terminó de besarle se encaminó a la edificación seguido por su pareja.

- Sakura me pidió premiso para pasar la noche en su división junto a Rukia. La dije que sí. ¿Espero que no te moleste?- Comentó el pelirrojo a su lado.

- No me molesta en absoluto. Tú eres su madre y has cuidado de ella por mucho tiempo sin necesitar mi ayuda. No tienes por qué darme explicaciones de tus decisiones.- El moreno pensaba que no tenía aun derecho de involucrarse del todo en la vida de su hija.

- Eso es lo más estúpido que te he oído decir. Tú eres su padre y por tanto también tienes derecho a objetar mis decisiones si no las ves acertadas.- Rebatió el teniente.- Y ni se te ocurra a ti también empezar a llamarme madre o apelativos por el estilo.... ¿Me oyes?- Le inquirió algo indignado.

- De acuerdo. De todas formas me parece buena idea que pasen la noche juntas.- Byakuya le agradeció el detalle con una sonrisa y tragándose la risa al ver tan indignado a su pareja.

Ya los dos hombres estaban sentados en el tatami del comedor esperando la cena. Renji se encontraba recostado sobre un brazo al lado del moreno. El Kuchiki le observaba con detenimiento. Sin decir nada se acercó un poco y soltó la cinta que sujetaba su melena rojiza.

-Te ves más atractivo con el pelo suelto. Nunca entendí el por qué te lo amarras en esa odiosa coleta.- Dijo acariciándole las hermosas hebras color fuego.

- Solo me la hago porque me molesta el pelo suelto cuando estoy luchando.- Contestó incorporándose y sentándose en el regazo de su pareja. Byakuya le recibió encantado.

Justo cuando la charla terminó y empezaron a besarse, entro una chica con la cena.

- Con premiso.- Dijo la joven castaña dejando las viandas en la mesa.

- Gracias. Puedes retirarte.- El noble despidió a la chica y Renji se sentó a su lado algo avergonzado por la situación. Aun no se hacía a que le vieran en actitud cariñosa con su capitán.

Los dos shinigamis cenaron hablando de todo lo sucedido a lo largo del día. Cuando terminaron, se encaminaron al porche que rodeaba la mansión. Byakuya apoyó sus brazos en la barandilla de madera y perdió su mirada en el hermoso paisaje que se mostraba ente él.

El jardín estaba sumido en la penumbra de la noche. Varias luciérnagas volaban suspendidas en el aire, proyectando su luz en distintos lugares. Los susurros del viento entre las copas de los cerezos en flor, llenaban el silencio con una relajante melodía. Renji se acercó por detrás y le rodeó con un abrazo por la cintura. Apoyó su barbilla en el hombro del noble y le habló al oído.

Te extraño tanto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora