Capitulo 25.
Premonición, se acerca el final.
Cuando los cantos de pájaros empezaron a sonar junto con los primeros rayos de sol de la mañana Renji despertó a su pequeña. Ni él, ni Byakuya, habían abandonado su puesto al lado del futón de la niña en toda la noche. Tampoco habían cruzado ni una sola palabra como prometió el noble. Al pelirrojo aun se le notaba muy molesto con su pareja y prefería ignorar su presencia. Con un pequeño movimiento desarropó a su hija sacándola de su placido descanso.
─ Sakura, vamos que ya es tarde y tienes que desayunar antes de ir a tu división.─ El teniente zarandeaba con delicadeza el cuerpo de su princesa para espabilarla.
─ No...cinco minutos más.─ Murmuró entre sueños tirando de las mantas y encogiéndose debajo de ellas.
─ Ni cinco, ni uno, levántate ya.─ Sin apiadarse por la petición de su morenita retiró de golpe los cobertores del futón y la incorporó en el sitio. Renji sabía que eso se podía eternizar si no la sacaba en el acto del agradable calorcito del futón. Byakuya solo miraba la escena en silencio con miedo a intervenir y molestar aun más a su hija y amante.
─ ¡¡¡¡Renji, BAKA!!!!─ Le gritó Sakura a la vez que le sacaba la lengua y se abrazaba a su padre. El noble la recibió sintiéndose aliviado por que su amada hija no le odiara después de darle la espalda por la noche cuando le necesitaba.
─ Señorita esa no es forma de hablar a tu madre.─ La regaño el Kuchiki con un tono poco severo.─ Él lleva razón, ya es tarde y debes desayunar.─ Continuó con cariño acariciándola los finos cabellos alborotados de su melena. Renji se mantuvo callado poniéndose de pie camino de la salida de la alcoba.
─ Me voy a duchar y me marcho, ya debería estar en la oficina.─ Abarai al comprobar que la niña se encontraba tranquila y sin ningún resentimiento hacía su padre ya no veía necesaria su presencia en la habitación.
─ Espera, quiero que vayamos juntos.─ Byakuya no obtuvo respuesta a su petición, solo el ruido de la fusuma abrirse para luego volver a cerrarse.
─ Mama está muy enfadado contigo ¿Vedad?─ Preguntó Sakura sentada en el regazo de su padre.─ Le has llamado madre y no ha explotado con sus típicos reclamos y encima te ignora. ¿Qué ha pasado?─ La Kuchiki se sentía en cierta forma culpable por tal situación y no sabía bien porque.
─ Está muy cabreado y motivos no le faltan.─ Suspiró mirando a la fusuma por la que acaba de desaparecer el pelirrojo.─ Anoche tú me necesitabas y yo te di la espalda. Para una vez que de verdad te he hecho falta no te tomé atención.─ Confesó angustiado mirando a su pequeña que le sonreía con un matiz de tristeza en su rostro.
─ Fue solo una pesadilla y lo que dijiste es cierto. Ya soy mayor para asustarme por esas tonterías.─ Mintió para no tener que contarle la verdad de su maldito don y preocuparle por ello.
─ Son algo mas ¿verdad?─ La pilló desprevenida.─ Si tan solo fueran sueños absurdos Renji no se hubiera enfadado tanto y no me hubiera dicho que no tenía ni idea de lo que pasaba.─ Byakuya necesitaba llegar al fondo de todo ese asunto y conocer las verdaderas preocupaciones de sus seres queridos. Sakura suspiró cansada, parecía como si de golpe hubiera envejecido mil años.
─ Mis pesadillas son algo así como premonitorias y siempre se cumplen las desgracias que veo en ellas con más o menos exactitud, en concreto las que tienen que ver con mama.─ Esas palabras aterrorizaron al noble recordando el estado en el que se presentó la pequeña en su habitación, algo horrible debía de haber soñado para estar tan asustada.─ Creo que es mejor que te cuente todo mientras desayunamos o llegaré tarde y no quiero que Shiro-Chan se enfade conmigo.─ Sakura se puso de pie y comenzó a arreglarse para ir al comedor a desayunar. Byakuya estaba tan impactado que ni reaccionó al apelativo tan inapropiado que había utilizado su hija para referirse a su capitán.
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Te extraño tanto.
FanficRenji y Byakuya se aman desde lo más profundo de su corazón. Pero a veces, el destino nos juega malas pasadas y perdemos lo más importante en nuestras vidas. ¿O tal vez ese mismo destino nos aguarde gratas sorpresas?