Capitulo 9
La llegada de Orihime.
Esa mañana Renji todavía se encontraba en la cama. Eran más de las doce del medio día pero estaba adolorido por culpa de su último encuentro con Aizen la noche anterior. Dichos encuentros, cada vez se volvían más violentos, como si Aizen disfrutara más, contra mas le hiciera sufrir al él. Unos golpes en la puerta le hicieron levantarse.
- Aizen-sama le espera en la sala del trono.- Le dijo uno de los uno de los arrancar menores desde el otro lado del umbral.
- Ya voy.- Contestó sin fuerzas.
Renji se vistió con su uniforme blanco y marchó hacía la sala en la que le esperaba Aizen. En cuanto entró el castaño se puso en pie y fue hacia él.
- Buenos días Renji. ¿Qué tal has dormido? Espero que bien, por que hoy te quiero en plena forma, tengo mucho que celebrar.- Le dijo con una sonrisa que hizo estremecerse al pelirrojo.
- Bien.- Contestó firme. Aunque por dentro se muriera de miedo por lo que le tuviese preparado ese psicópata, jamás se lo daría a saber. Antes prefería morir torturado, que darle el gusto de verle doblegado.
- Ven, toma asiento a mi lado. Ulquiorra va a traer a una nueva aliada. Luego jugaremos un rato los dos solos.- Renji obedeció y se sentó al lado de su captor.
Un tiempo después, el 4º espada entró en el gran salón junto con una atemorizada Orihime. Los dos se detuvieron enfrente de Aizen y Renji. Orihime miraba a ambos shinigamis en silencio.
- Bienvenida Inoue Orihime. Me alegra que tomases la decisión de unirte a mi lucha.- Dijo amistoso el castaño.
- Hola.- Contestó casi en un susurro la muchacha. En ese momento entró Yammi. Su brazo derecho seguía cortado. (En esta historia, Grimmjow nunca fue atacado por Tôsen y no le falta ningún brazo)
- Orihime, ¿serías tan amable de mostrarnos tus habilidades? Cura el brazo de Yammi.-
- Hai.-Orihime encaró al 10º Espada y recitando unas palabras liberó su poder curativo sobre su brazo cercenado, materializándolo en un instante.
- ¡Sorprendente! Y es solo una humana.- Exclamó Renji totalmente asombrado por las habilidades de la muchacha.
- Muchas gracias Orihime, por ahora puedes retirarte a tus habitaciones, Ulquiorra te mostrará el camino pero te aviso que salir de ellas puede ser peligroso.- Aizen esperó a que se marcharan para dirigir toda su atención a Renji.
-Bien, por fin solos. Es hora de que te haga mío, pequeño.- Aizen se levantó y se colocó enfrente de Renji que estaba sentado en una de las sillas de respaldo alto de la sala.
El dueño de Las Noches se sentó en el regazo del pelirrojo y comenzó a besarle. Abarai en ningún momento le correspondía en el beso. El castaño enfurecido con esa cabezonería de no dejarse llevar le mordió sin piedad el labio inferior haciéndolo sangrar abundantemente. Renji solo emitió un pequeño quejido de molestia y siguió en la misma postura rígida, con los brazos pegados a sus propios costados y los puños apretados. Sosuke decidió seguir con su deleite personal saboreando el cuello del antiguo teniente ignorando momentáneamente la pasividad del pelirrojo pero la indiferencia de Renji, solo conseguía enfurecerle. Rabioso como un animal herido le sujetó del rojizo cabello y tiró de el hacia atrás con fuerza.
- Maldito bastardo, Ni siquiera tienes la decencia de disfrutar de mis caricias. Solo eres un perro sin emociones y como tal, así te voy a tratar.- Aizen le tiró de un puñetazo al suelo.
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Te extraño tanto.
FanfictionRenji y Byakuya se aman desde lo más profundo de su corazón. Pero a veces, el destino nos juega malas pasadas y perdemos lo más importante en nuestras vidas. ¿O tal vez ese mismo destino nos aguarde gratas sorpresas?