Capitulo 16.
En Hueco Mundo y Karakura.
Era de noche, cerca de la una de la madrugada. Todo estaba en relativo silencio, relativo, ya que en el cuarto de cierto Shinigami sustituto dicho silencio, era perturbado por los jadeos de un encandilado Grimmjow. Ichigo se concentraba en dichos jadeos para guiarse en su tarea. Desde que se entregara por primera vez al Espada, lo que más le gustaba era darle placer oral. Estaba seguro que podría estar por horas chupándosela y nunca se cansaría de ello. Recorría toda su intimidad con su lengua, delineando primero el glande para luego atacar todo lo demás. Estaba sumamente excitado, necesitaba que su amante le poseyera una vez más. Sin demorarse, su boca abandonó el húmedo miembro del peliazul y se sentó en su regazo. Grimmjow le volteó dejándole de espaldas el colchón. Tardó pocos minutos en prepararle, total, hacia solo un rato que lo habían hecho y no era muy necesario. Lo embistió con fuerza. Ichigo hundía su rostro en el cuello de su Seme para retener sus vergonzosos gemidos. En pocos minutos los dos llegaron al añorado clímax.
Cuando los dos acompasaron sus respiraciones, Ichigo se acurrucó en los brazos de su amante. En pocos minutos se quedó dormido, no sin antes murmurarle un -Te quiero.- El peliazul le miraba con una tonta sonrisa dibujada en sus labios mientras que le acercaba aun más a su cuerpo. Si tuviera corazón, estaba seguro que latiría desbocado al saberse amado por tan dulce y a la vez osco muchacho. Ichigo era todo lo que él podría desear. Unas veces inocente hasta la saciedad. Otras descarado y mal entonado. La mayoría desafiante y un poco engreído. Por no mencionar ese reiatsu poderoso y tan delicioso de sentir. Si, era ya una realidad, estaba enamorado de Kurosaki Ichigo y se sentía feliz por ello.
Justo cuando comenzaba a sentirse adormilado, notó un poderoso reiatsu más que conocido acercándose a gran velocidad. Sin despertar a su pareja, Grimmjow se escabulló del abrazo de Ichigo y se vistió apresurado. Tomó a Pantera de su lugar de descanso junto a la cama y saltó por la ventana para ir al encuentro de Ulquiorra.
Los dos Espadas se toparon a tres manzanas de la vivienda de los Kurosaki, en un pequeño parque. Ambos se estudiaron con reservas, mirándose detalladamente de arriba abajo. Ulquiorra fue quien deshizo las distancia que los separaba posicionándose a pocos centímetros del cuerpo del su antiguo compañero.
- Vuelve conmigo.- Le ordenó el moreno acorralándolo contra un árbol sin darle opción a huir.
- No.- Contestó Grimmjow serio y sin intimidarse por la amenaza implícita en la orden anterior.
- Si no vuelves tendré que matarte yo mismo en este momento. ¿Es eso lo que quieres?- Ulquiorra subió una de sus manos al cuello del peliazul y ejerció un poco de presión para confirmar su advertencia.
- Pues ya estas tardando. No pienso volver contigo y tampoco pienso regresar a Hueco Mundo.- habló con convicción en sus palabras.
- Maldito...- Siseó furioso el de ojos verdes.- ¿Esto es por esa basura a la que te estás follando?- dijo con desprecio. Él ya sabía desde hace mucho la enfermiza obsesión que sufría el Espada por ese Shinigami. - Si es por eso, yo puedo solucionarlo. Sabes que puedo darte lo mismo que él y con mucha más maestría.- terminó diciendo mientras que le lamia el cuello y le acariciaba la nuca. Grimmjow se estremeció al notar la precisa lengua de su antiguo amante.
- Para... No...voy...ah.....- Ahora las manos de Ulquiorra se perdían en el pecho del peliazul y pellizcaban sus pezones. Conocía de memoria todos los puntos débiles del peliazul y sabía cómo sacarles partido.
- Te gusta... No lo puedes negar.-
- Ulquiorra...para...ah.- Las protestas del 6º Espada fueron silenciadas por un ardiente beso.
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Te extraño tanto.
Fiksi PenggemarRenji y Byakuya se aman desde lo más profundo de su corazón. Pero a veces, el destino nos juega malas pasadas y perdemos lo más importante en nuestras vidas. ¿O tal vez ese mismo destino nos aguarde gratas sorpresas?