Herederos.
06 de enero de 2023.
Marcello.
Hay muchos lugares en los que debería estar justo ahora. Mi cargo en La Organización me obliga a regresar, pero en lugar de aceptarlo, golpeo el rostro de Orazio, el cual se limpia la sangre de la comisura del labio, devolviéndome el golpe en tanto rodeamos el sótano del hotel en el que me estoy quedando y que uso como centro de peleas en el que tres de mis hombres, incluyendo al que tengo al frente, han tenido que soportar mi furioso estado de ánimo por el actuar de mi esposa.
—¿No crees que deberías hablar con ella? —sugiere, apartándose cuando intento ir por su abdomen.
—Creo que deberías meterte en tus asuntos y no en los míos, Orazio. —Lo tiro al suelo de un golpe en la mandíbula que lo desestabiliza seguido de uno en el abdomen—. Dile a Ramiro que venga, lo quiero aquí en media hora.
—Vino hace una hora, Marcello.
—Y vendrá en treinta si no quiere perder las piernas —dictamino con rabia porque me cuestiona.
Pese a la mirada que le doy, Orazio suelta una carcajada. Estando casi en sus cincuentas, pensaría que habría perdido el toque y se daría de baja, pero ha sido todo lo contrario. Luego de que papá dejó el cargo y yo lo ocupé, pasó a ser mi mano derecha tras la muerte de Domenico. Orazio no me traicionará, si no lo hizo con papá que era un cabrón con él, mucho menos lo hará conmigo que lo tengo en mis manos y puedo acabarlo si quiero.
Sé que no se mantiene conmigo por los secretos que guarda y puedo usar en su contra, sino por lealtad. Es de los pocos que sabe el estado de Anastasia, la situación entre mi esposa y yo, y lo mucho que estoy arriesgando al permanecer en Cartagena solo para asegurarme que esa maldita impulsiva se encuentra bien.
—Su cita con el obstetra es mañana —me recuerda—. ¿No irás?
—No, pero Ramiro sí que lo hará. Ella ni siquiera me dijo de la jodida cita así que no quiero otra discusión.
Su cumpleaños también es mañana. Hace un año volví del encierro al que me condenaron Musleh y Nicoletta, y aquí estoy nuevamente, sin la calma que quise encontrar en su momento con todo lo que hice y con un problema encima mucho más grande por el cual debo irme con cuidado y no exponerme.
No ha cambiado nada en los últimos doce meses más que el hecho de que Anastasia está embarazada y Aleska es mi hija, sigo casado con una maldita impulsiva que no piensa antes de actuar, mis enemigos quieren matarme y a mi familia, y debo esconderme.
Sigo en el mismo punto solo que repartiendo el control que me niego a perder por completo.
Subo las escaleras con Orazio siguiéndome los pasos. Me detengo en el segundo piso cuyo pasillo está custodiado por mis hombres, los cuales requisan a una elegante mujer en la puerta cuyo cabello negro cae hasta la mitad de su espalda justo donde lo hace el escote pronunciado del vestido negro que viste y porta con igual elegancia.
ESTÁS LEYENDO
PODEROSA VINDICTA [+21]
RomanceLIBRO III Perversión y venganza. Sanguinarios. Poderosos. Inmorales. Una pareja hecha en el infierno. La diabla luchó en vano y cayó en las llamas del diablo. El diablo cedió y perdió en la batalla contra su más perversa contrincante. Y ahora, am...