Sangre y tensión.
01 de agosto de 2023.
Marcello.
Un mes.
Un maldito mes.
Ella se ha perdido un maldito mes de esto que siento que le estoy arrebatando de alguna manera mientras coloco el pequeño cuerpo sobre la cuna en tanto se acomoda un poco al acoplarse a su nuevo lugar de siesta.
Lejos de su madre.
—Marcello.
Levanto la cabeza, pero no me giro en dirección a la puerta. Mis ojos se mantienen en los de la criatura que me devuelve la mirada sin querer dormirse pese a que he tratado con todas mis fuerzas de que cierre sus grandes ojos marrones.
—¿Qué? —Mi hermana no se inmuta por mi tono, pero tampoco ingresa a la habitación de Anastasia, permaneciendo en el umbral de la puerta—. ¿Aleska ya llegó?
—Tatiana llamó a Roger, ya la trae del dentista.
Malditas excusas.
Eso son.
Pero las agradezco en parte. Pese a que no dejo que nadie suba a la habitación de mi esposa ni que nadie vea más allá de la entrada, ellos han estado al tanto de Aleska, y eso no se los he negado porque sé que mi hija los necesita.
Tanto Dimitri como Tatiana han tratado de mantenerla fuera de las mierdas angustiantes que rodean esta casa desde la llegada de Anastasia hace poco menos de un mes.
—¿Entonces? —No tardo en girarme, encontrando su mirada concentrada en mí mientras pasa la palma de su mano por su chaqueta de cuero—. ¿Para qué subiste?
—Llegó Nadim —me informa y una parte de mí quiere sentir alivio, pero nada sucede. Ninguna información sería tan satisfactoria para mí como que me digan que mi esposa despertó—. Vino con Rada.
—¿Greta envió la carta a los árabes?
Vittoria asiente con convicción, elevando un poco la mirada para ver en la lejanía. Sé que la ansiedad le gana, que quiere ver lo que escondo con tantas ganas, porque a pesar de que no ha respetado mis normas de no subir a la habitación de Anastasia, sí lo ha hecho con el deseo de que nadie se acerque a los seres humanos en las cunas.
—¿Necesitas algo? —Niego esta vez y sus dientes atrapan su labio inferior. Son pocas las veces que veo la duda refugiarse en sus ojos desde que llegó así que sigue sorprendiéndome—. Mamá quiere llevarse a Aleska unos días a Barcelona para que vea sus animales y se distraiga. Nada de esto es bueno para ella.
—Ella no se querrá ir —aseguro sin moverme ni un centímetro.
—¿Y si tú le pides que lo haga?
—No voy a obligar a mi hija a que deje a su madre y a sus... —me detengo al ver sus ojos abrirse con notorio asombro.
Respiro hondo, sopesando lo que estaba por salir de mi boca. No me siento culpable en absoluto por no dejarlos involucrarse, es algo que quiero hacer y de lo cual no me arrepiento.
Sé que mi madre también está tratando con todas sus fuerzas de no explotar en mi contra, Vittoria se contiene demasiado, pero ambas han estado ahí tanto como la familia de Anastasia, los cuales se han vuelto un maldito dolor en el culo desde Aurelio con sus exigencias de que le deje ver a los o las bebés como dice, a Sergey sobornando a mi hija con dulces para que le dé información de mis bebés.
Ella se ríe, pero no le da detalles, ni siquiera me lo dice, y de no ser porque lo escuché tratando de comprarla hace unos días en la cocina, ni siquiera me habría enterado. Sin embargo, creo que lo hace para distraerla y no porque realmente quiera incomodarla con sus preguntas, y solo por eso, no estrello su cabeza contra una pared para que deje de joder.
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PODEROSA VINDICTA [+21]
DragosteLIBRO III Perversión y venganza. Sanguinarios. Poderosos. Inmorales. Una pareja hecha en el infierno. La diabla luchó en vano y cayó en las llamas del diablo. El diablo cedió y perdió en la batalla contra su más perversa contrincante. Y ahora, am...