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Nota: Mis amores, para que nos ubiquemos un poco con las fechas, a partir de hoy, retomamos dónde lo dejamos en el epílogo de Dolorosa Vindicta.
Disfruten el capítulo, denle mucho amor y comenten mucho, y les subo el próximo...¿mañana?
PD. Lean la notita al final.
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Calma con sabor a peligro. Parte 1.
27 de febrero de 2023.
Anastasia.
El tiempo pasa demasiado lento algunas veces.
Otras tantas, la vida se nos va en un parpadeo dejándonos con el sinsabor de no haber disfrutado nada.
Estos últimos meses se han pasado en un intermedio. A veces los días se me hacen eternos y en otras ocasiones, siento el desastre a punto de llegar, avecinándose tan silencioso que me aturde la espera, porque no puedo negar que lo estoy esperando.
Me acostumbré tanto al caos, que lo espero. La calma me parece irreal, algo tan utópico que me hace aguardar por el desastre.
No tengo ojeras como hace meses, no tan profundas y pronunciadas como las que ni siquiera el maquillaje cubría tiempo atrás. Mi rostro denota serenidad al encontrar mi mirada con el espejo mientras limpio las invasivas gotas de aguas que quedaron impregnadas en mi piel luego de una larga ducha.
Los pasos se acercan. Es increíble como los sentidos se agudizan cuando estás a la espera de algo, y en mi caso, lo he estado durante meses.
El embriagante aroma mentolado me abriga al igual que los brazos que me rodean por detrás, los cuales me aprisionan con facilidad uniendo las manos del padre de mis hijos sobre mi curvilíneo vientre cubierto por la gruesa tela de la toalla.
Trazo sus dedos con los míos, acoplándome a su pecho mojado. Ya tiene el pantalón puesto, sé que me está esperando para irnos, pero me gusta estar así, abrazada a él sin el peso del trabajo sobre los hombros por unas horas.
—Andrés te está esperando, ¿no es así? —Asiento, ladeando mi cabeza hacia la derecha—. Anastasia.
Mis ojos se encuentran con los suyos a través del espejo del baño de la habitación que cubre gran parte de la pared. Inhalo profundamente, detallando la imagen que quisiera retener en mi cabeza toda mi vida.
Su sonrisa cálida y al mismo tiempo perversa no me inquieta como sí lo hace con otros, y es que me he acostumbrado tanto a su aura pecadora acoplándose a la mía que ya no me tienta competir con él sino unirme a él, desbordando caos a nuestro paso.
Ignora mis ojos sobre él, pero no mi cuerpo contra el suyo. Desanuda la toalla, dejándola caer sobre mis pies en tanto me abraza, desperdigando un delicioso y tentador camino de besos por la piel de mi cuello a la que le doy acceso con gusto.
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PODEROSA VINDICTA [+21]
RomansaLIBRO III Perversión y venganza. Sanguinarios. Poderosos. Inmorales. Una pareja hecha en el infierno. La diabla luchó en vano y cayó en las llamas del diablo. El diablo cedió y perdió en la batalla contra su más perversa contrincante. Y ahora, am...