CAPITULO 43

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A cambio de nada.

17 de septiembre de 2023.

Silencio y oscuridad revisten los alrededores de la casa de seguridad de Alekséi que se encuentra rodeada por solo una decena de hombres. Extrañamente, no hay más personal custodiando la entrada, solo las camionetas de Luca Ponce en la entrada, encendidas e iluminando la negrura que se alza sobre la propiedad.

Nos mantenemos a una distancia considerable tras esconder nuestros vehículos y entrar por los costados solo con nuestras armas. Marcello escucha con atención las indicaciones de un Jerom que se encuentra más cerca, pero que se pierde tras la casa corriendo cumpliendo órdenes de su Don. Greta mantiene la mandíbula apretada a mi lado, demostrando preocupación ante lo riesgosa que es la posición de su hermano.

—Jerom dice que no hay movimientos extraños, que no hay vehículos atrás —informa Marcello—. Solo ha entrado Ponce, dentro no hay más nadie, no se escucha nada.

—Dile a Jerom que proceda de acuerdo al plan —pido—. Tiene que crear una distracción para que nosotros podamos entrar por lo menos con una ventaja.

Marcello asiente y vuelve a llamar a su segundo al mando. Greta mantiene los ojos en Marcello mientras habla, pero rápidamente se recompone para enfocarse en el frente. Ekaterina se instala a mi lado, pasándome una granada que me guardo en el bolso que me cuelga alrededor de la cintura.

—Sergey tiene todo listo, las camionetas están a la espera de que salgamos ante alguna eventualidad —dice mi hermana—. Orazio está monitoreando el perímetro y no hay movimientos extraños, pero no podemos descartar la llegada de más personas, esto está demasiado solitario.

Respiro hondo, clavando los ojos en mi esposo. Marcello cuelga la llamada con un asentimiento en mi dirección, alertándome de que Jerom está en posición de actuar. Justo como lo estamos todos.

Preparamos las armas justo cuando el estruendoso sonido se alza, cortando el aire tras la casa y la llamarada se abre paso a través del bosque, instando a los hombres de Nox a actuar, corriendo en dirección a la ruta por la que creen que los atacan.

Marcello y yo avanzamos, dando la orden a nuestra gente de proceder. Nos dividimos, Marcello rodea el costado derecho y yo el izquierdo seguida de Natalia y Félix, mientras que Ekaterina y Greta le cubren la espalda a mi esposo y el resto corre en dirección a la parte trasera para cubrir a Jerom con los hombres que ahora lo buscan.

El silencio me invade nada más desviarme con Natalia y rodear el frente donde activo la granada y la coloco en medio de los autos de Ponce antes de salir corriendo con mi sottocapo en dirección a la puerta, cubriéndonos al tiempo que ambos autos estallan en pedazos, iniciando una vigorosa llamarada que hace que esboce una sonrisa.

Nadie sale, todos están en la parte trasera seguramente apoyando a Ponce para sacarlo de aquí, lo que me hace intuir que Alekséi no está aquí. De estarlo, habría más guardias y ya habría intentado escapar para salvarse el pellejo.

Los disparos me llegan a los oídos instantes después. Natalia desliza la mano alrededor del pomo de la puerta, abriéndola con sigilo y apartándose rápidamente y a tiempo cuando la bala se abre paso a través de la puerta ahora abierta.

Natalia maldice entre dientes, pero ni ella ni yo nos movemos, quedándonos pegadas al marco de la puerta abierta. Respiro hondo con el corazón en la garganta y los oídos aturdidos por los disparos que resuenan cada vez más cerca. Sacudo la cabeza al notar que Natalia trata de dar un paso. Ella tuerce la boca, molesta.

Y es cuestión de segundos antes de que una granada ruede en medio de ambas, provocando que corramos en direcciones opuestas mientras que en instantes, el humo se apropia de la puerta en vez de hacer explotar el lugar en pedazos.

PODEROSA VINDICTA [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora