Planes cruzados.
16 de marzo de 2023.
Anastasia.
El agotamiento que viene con el embarazo no lo recordaba. Cuando estuve embarazada hace años, ni siquiera tuve tiempo de hacerme a la idea. El tiempo pasó tan rápido que cuando menos lo imaginé, ya estaba escuchando el llanto de la bebé que no me permitieron ni siquiera mirar.
No tengo un recuerdo de Aleska recién nacida. Tampoco fotografías que me permitan admirarla durante horas, solo tengo una imaginación nublada que se entrelaza con las punzadas en mi pecho al pensar cómo fue mi hija de bebé.
Dimitri no dejó rastro alguno de su existencia, y las únicas fotos que tengo de Aleska fueron a partir de sus dos años ya que fue lo único que Dimitri recolectó. Son pocas, pero las atesoro en las noches en que no puedo dormir mucho.
Ahora solo la miro en la distancia, entrenando poco a poco en medio de una paz que yo no tuve a su edad, pero que quiero conservar para ella así en unos años tenga que exponerse al mundo en el que le tocó nacer.
—¡Ojos al frente, Aleska! —le exige un Ramiro cuyo rostro es seriedad total y que hace enojar a Aleska—. ¡Deja de mirar a Massimo!
—¡Es que es difícil! —Se frustra, pero no intervengo, solo observo cada uno de sus movimientos descoordinados producto de su falta de entrenamiento los últimos meses—. ¡Me dices que mire hacia arriba, pero me atacas por detrás! ¡No tengo ojos en la espalda!
—¡Pues deberías! —la corta—. ¡Y por cada replica son diez minutos más de entrenamiento!
—¡Te odio!
—Aleska, deja de gritarle a Ramiro —la reprendo.
Ella me mira, contiene las lágrimas de frustración que no dejan de agolparse en sus ojos, pero su nariz se crispa en signo de rabia antes de que pisotee al frente, ganándose que Massimo se vaya en su contra debido a las instrucciones de Ramiro y con una simple llave la deje sobre su espalda, jadeante y enojada.
—¡Mamá!
—¡Presta atención, Aleska!
Me coloco de pie, acercándome a ella. Massimo se retira del campo abierto en casa de Morales, observando con anhelo las clases de boxeo avanzado que tiene Stella con su entrenadora. Ni él, ni Aleska, están listos para ese nivel, la primera menos que el segundo.
Stella está en forma, no ha dejado de entrenar, pero desde que llegamos a Colombia, los entrenamientos de Massimo y Aleska han ido en declive y esta última semana los he hecho sudar el triple que cuando estábamos en España. Ellos deben irse haciendo a la realidad a la que nos vamos a enfrentar al volver.
Aleska tomará el lugar de su padre o el mío algún día, Massimo tiene su puesto asegurado en la CAOV como uno de los más poderosos y Stella...veo ese brillo en sus ojos al ver a Catalina entrenando con Andrés. Es admiración, anhelo y un poco de envidia por no poder estar en su lugar, teniendo tanto poder entre las manos que rebose sus dedos.
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PODEROSA VINDICTA [+21]
RomanceLIBRO III Perversión y venganza. Sanguinarios. Poderosos. Inmorales. Una pareja hecha en el infierno. La diabla luchó en vano y cayó en las llamas del diablo. El diablo cedió y perdió en la batalla contra su más perversa contrincante. Y ahora, am...