Thais
El agua caliente había empezado a enrojecer mi piel y decido levantarme para afrontar lo que la vida me tiene preparado de aquí en adelante.
En el armario solo había faldas, vestidos y abrigos. No había pantalones. Ni jeans ni camisetas. Solo una marca de diseño tras otra. Agradezco haber ido de compras con Anjoly ya que pude tener algunas de las cosas que necesitaba porque no podría vivir sin pantalones cortos, camisetas entre otros.
Un golpe en la puerta me hace sobresaltarme y agarro la toalla que me envuelve.
Anjoly se asoma al interior, la cálida sonrisa en su rostro.
—Solo quería ver cómo estabas.
Aprieto más la toalla. —Me gustaría decir que estoy bien, aunque eso haría pensar que estoy en negación, ¿no crees?
Cierra la puerta al entrar, con sus largas y torneadas piernas acentuadas por los tacones de aguja negros que lleva y su vestido hasta la rodilla a juego. Lleva el cabello rojo perfectamente alisado y las puntas cubren sus pechos. Esta mujer es la sofisticación y la riqueza personificada. Emane elegancia como si la llevara grabada desde que nació.
Veo que se sienta en el sofá junto a la ventana cerrada.
—Ve esto como una oportunidad. —Cruza las piernas y junta las manos en su regazo. —Aang es un hombre muy poderoso.
—Eso ya lo noté. —Le doy la espalda y finjo que busco en el armario, pero, en realidad, apenas me fijo un poco en el armario.
—Pero no has notado que puedes usar su poder a tu favor.
Frunzo el ceño.
¿Cómo podría hacer eso?
Como si ella hubiera escuchado mis pensamientos dice: —Si no puedes convencer a alguien, confúndelo.
Se escucha el golpe de sus tacones y ella entra a mi lado, metiendo la mano en el armario.
—Toma. —Saca un vestido con encaje, mangas cortas, cuello redondo y rosa. Es un vestido rosa claro, pero me sonríe como si acabara de revelar una prenda que siempre había soñado llevar.
No.
—No me lo voy a poner eso.
Anjoly pone un par de zapatos de tacón alto sobre la cama.
—Este es el vestido, queda perfecto con tu tono de piel.
—Dame una buena razón por la que debería ponerme este vestido.
—A mí no se me ocurre ninguna en específico —Comenta—. Vamos a beber y a bailar, así que enseñar piel es un requisito indispensable. Además, estás buena.
—No tengo claro cuánta piel quiero enseñar —le digo—. Soy muy fiel a mi flamante condición de soltera sin Aang.
—Bueno, algunas mujeres enseñarán el culo, así que no destacarás, si es eso lo que te preocupa.
—Tú sí que deberías enseñar el culo. Eres la única que se ha pasado las tres últimas semanas tomando el sol desnuda y bebiendo en una villa francesa con un hombre sexy —le digo.
Anjoly esboza una sonrisilla pícara. —Me he pasado las últimas semanas con David, así que estoy lista para una noche de juerga.
—¿Qué tal? —sonrío pícara.
—Bueno, David sigue como un tren, un culo que me dan ganas de darle unas nalgadas y en la cama, uf...
—Gracias por la información mental, pero no estaba preguntando sobre eso —evito reírme. —¿Lo que tienen es serio? —pregunto.
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Abyss [Libro #3]
RomanceTERCER y CUARTO libro de la saga «Placeres Culposos». Una mirada. Un momento. Una chica. Ella fue todo lo que necesité para perder la concentración. Thais Delgado, mi octavo pecado capital. Fue el placer más culposo que pudo llegar a mi vida. No...