Ꮺ ָ࣪ capítulo O2 𓂃

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𖥻 cuatro años después ˑ 𖦹

Sentado en su cómoda silla de cuero, con una taza de café sin azúcar entre sus blancos dedos tratando de proporcionar tan solo un poco de calor a su muy bien formado cuerpo; estaba el pelinegro de piel nívea y labios rosados escuchando atentamente la cotidiana narración de la voluble mañana de su mejor amigo Mark.

-Entonces Haechan se molestó porque le dije que se había equivocado en comprar la "loción corporal de fresa". - Soltó el moreno junto con un bufido al recordar su pelea matutina.

-Realmente no entiendo el problema... No veo alguna razón coherente para que se enoje ese osito. - Dijo confundido Jeno tratando de comprender a su amigo.

-El problema fue que no compró loción corporal sino acondicionador, todo por su absurda idea de ir a una tienda de productos importados y, como no sabe italiano, pues llevó la que no era. Ya te imaginarás el berrinche que hizo.

-¿Y por qué no simplemente se queda con el acondicionador y se compra otra loción? - Sugirió. -No entiendo por qué se complica la vida.

-Es lo mismo que yo le dije y, ¿sabes qué me dijo?

-No Mark, no sé qué te dijo. - Contestó en tono cansado.

-¡Que no!, ese pequeño narcisista dijo que no podía usar el acondicionador de fresa porque ya tenía uno y era de frutos rojos, además que no quería ir por toda la universidad oliendo a fresas.

-A fresas no, pero frutos rojos sí. ¿No se supone que las fresas son frutos rojos? - Preguntó Jen con obviedad.

-Lo mismo pensé yo. - Dijo el moreno rodando lo ojos. -Y al final de cuentas, cuando lo llevé a clases, entendí la verdadera razón de todo su escándalo.

-¿Y cuál es según tú? Porque yo simplemente no entiendo nada.

-Pues, cuando estaba por irme, se acercó a mí todo rojito y me abrazó muy fuerte mientras olía mi cuello. Fue cuando noté que traía una de mis camisas... Se veía muy adorable porque le quedaba un poco grande. - Dijo con una gran sonrisa de enamorado

-Sí, sí, sí al punto.

-Oh sí, pues recordé que debía hacer un proyecto, así que se quedará a dormir en la casa de su compañero de clase y no lo veré hasta mañana por la noche cuando yo salga de trabajar.

-Así que, lo que quería el tierno Hyuckie era llevarse tu aroma para no extrañarte. - Comentó con una sonrisa traviesa.

-Exactamente eso, pero como es tan orgulloso, no le gusta admitir que le hago falta y le cuesta dormir sin mi aroma.

Ambos empresarios rompieron en risas por las ocurrencias del menor; siguieron tomando su café mientras leían uno que otro documento. Permanecieron de esa forma hasta después de dos horas, Mark decidió romper el silencio.

-Olvidé decirte que cuando venía a la empresa, vi a la estafadora muy feliz paseando con su bebé.

-Mark, ya hemos hablado de eso, ella estaba en todo su derecho en retractarse, después de todo, era su hijo, del chico ese y de ella.

-Sí, eso lo entiendo, pero tú habías hecho un trato con ella porque no podía cuidar de la bebé. - Dijo molesto el mayor. -Incluso pagaste su último año de la carrera junto con todo lo del embarazo hasta el nacimiento en una clínica privada, como para que al final diga que no te la daría.

-Habíamos hecho un trato, pero al final ella estaba dispuesta a cuidar de la bebé y yo no le podía negar su derecho.

-Ok, ok sí es su derecho. Pero que no sea una sinvergüenza y que te regrese cada lira que invertiste en ella.

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