Ꮺ ָ࣪ capítulo 16 𓂃

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–¿Qué haces, pequeño?

–¡No me digas pequeño, Jaemin!

Jae se encogió de hombros tomando una mandarina de las que estaban regadas por la isla. –Yo no tengo la culpa de que estés chiquito y curiosito.

–Deja de molestarme y devuélveme esa mandarina.

–Te dejaré de molestar solo porque mis cachorritos y yo no queremos discutir. – Sonrió alzando las cejas repetidas veces. –Con respecto a la mandarina... Me la quedo.

Un tierno bufido se escuchó por parte del menor causando la risa de su hermano.

–Deja de reírte y mejor ayúdame.

–Bueno pues. – Exclamó con resignación. –¿Qué estás haciendo? ¿Un experimento?

–¿¡Cuál experimento!? Estoy preparando un cheesecake de mandarina para Hyunjin.

Jaemin hizo una mueca para después asentir. –Siii, ya decía yo que eso era... Se ve bastante... Comestible.

–Está horrendo, ¿verdad?

–No, no, no. – El pelirrosa lo miró con esperanza. –Lo siento, pero sabes que tengo que decirte la verdad para evitarte un mal momento...

–Con eso lo dices todo. – Bajó su rosada cabecita con tristeza.

Jae se sentía tan miserable por no saber cómo ayudar a su hermanito, él sabía bien que no tenía ningún conocimiento en la cocina por lo mismo siempre tenía que esperar a Jeno.

–¿Por qué no compramos uno? – Dijo abrazándolo.

–Cómo puedo hacer eso. – Susurró escondido en el pecho de su hermano. –Se supone que es para conquistarlo, ¿acaso nunca has cocinado para gustarle a alguien?

–No, y por dos simples razones.

–¿Cuáles? – Se alejó del mayor con el ceño fruncido.

–Uno, no sé cocinar, y dos, tengo otras maneras para agradarles. – Sonrió batiendo sus pestañas.

El menor de los Na rodó los ojos. –Tú tienes suerte porque pareces modelo de revista y nunca te han rechazado.

–¡Oye! – Golpeó ligeramente el brazo del menor. –Compartimos genes, por lo tanto, somos iguales de hermosos y el Hyunjin ese es un idiota si no lo nota.

–Gracias, Nana. – Sonrió antes de volver a abrazar al peliblanco.

–De nada, cariño. – Dejó un beso en la rosada cabellera. –Ahora vamos a buscar que ponerte, debes estar a la altura de este modelo de revista. – Se señaló de arriba abajo.

Jeongin rio afirmando con su cabeza repetidas veces. –¿Dónde está Nono?

Jaemin, quien estaba por subir las escaleras, se giró con una mueca de fastidio adornando su bello rostro.

–Se fue a la oficina porque la estúpida de Yaşemin quería que firmara unos documentos.

–¿Y no te molesta?

–Pues sí, pero no puedo hacer nada, es su trabajo. – Dijo encogiéndose de hombros. –Aunque dijo que me recompensaría más tarde.

–Tienes ese hombre a tus pies.

–Es lo que tú tienes que hacer, Na Jeongin. – Señaló al menor con su delgado dedo. –No me decepciones.

El mencionado y señalado negó repetidas veces mientras sonreía a su hermano mayor y mentor.

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