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Ꮺ ָ࣪ capítulo 26 𓂃

No podía concentrase en leer ese contrato en japonés con uno de sus trillizos llorando. Tuvo que llevar su trabajo a la casa porque su preciso novio seguía molesto con él por la pelea que tuvieron hace tres días.   

Miró hacia la cama y vio al rubio concentrado leyendo algo en su celular y ni se inmutaba del llanto del pequeño que tenía enfrente en el portabebés.    

–Jaemin. ¿No escuchas que está llorando el niño?    

Hizo a un lado su celular para verlo y asintió. –Lo oigo. No estoy sordo.    

–¿¡Y qué esperas para callarlo!?   

–Nada. – Respondió soltando una risita.  

Jeno se quitó sus lentes y dejó la carpeta en la mesita que tenía enfrente.    

–¿Cómo que nada? Dale algo o cárgalo.   

–Estoy ocupado y no le hace mal que llore unos minutos, no está llorando sangre tampoco. – Se encogió de hombros acomodando el chupón en la boquita de Taeyoung, quien dormía a su lado.   

–Solo estas ahí acostado con el teléfono. Si no quieres cargarlo, llama a Winter.    

Na le lanzó una almohada, pero como había suficiente distancia entre la cama y la pequeña sala en donde el mayor estaba, no le logró pegar.    

–Por si no lo sabes, estoy revisando las tendencias de ropa, eso es trabajo. – Se defendió. –Y Winter está bañando a Minhee.    

–Deja eso entonces. No es más importante que atender a tu hijo.    

–Lo mismo digo. Nada más me mandas a mí cuando yo estoy con uno. 

–El que tienes ahí está durmiendo y se va a despertar si no callas al otro.  

Jaemin resopló lanzando el teléfono a alguna parte de la cama, según él, cuando en realidad cayó de la cama rompiéndose en el proceso.   

–Ya le di leche de la mía y de fórmula y le cambié el pañal. Deja que llore, solo es un berrinche porque quiere que lo carguen.   

–¡Cárgalo entonces! Deja el maldito celular.    

Con la cara roja del coraje tomó al bebé, que ya no lloraba solo soltaba pequeños hipidos. Fue hasta donde estaba Jeno y se lo dejó en sus brazos.  

–Si tanto te molesta que llore, pues cárgalo tú. – Dijo dándose la vuelta. –Así como tú estás trabajando, yo también. Tengo que mostrarle mis bocetos para la nueva colección de invierno a Sungchan y no he podido empezar porque el señor está tan ocupado para cuidar a SUS PROPIOS HIJOS.    

–Jaemin. Me está cansando que siempre estés de contestón y encima te burles de mí riendo cada que te hablo. 

–Lo siento, pero el único momento en que soy sumiso es en la cama y no precisamente durmiendo. – Dijo cruzándose de brazos con una sonrisa retadora.    

Entrecerrando los ojos se giró dándole la espalda al menor para ponerle atención a su bebé, quien había dejado de llorar por completo.   

–Ya viste. Solo necesitaba que su padre lo cargara. – Dijo el pelinegro con reproche.    

–El pediatra dijo que los dejara llorar unos minutos para fortalecer sus pulmones, y si los cargamos mucho tiempo, se van a mal acostumbrar.    

–¿Y qué tiene? Para eso estás.    

Jae chasqueó la lengua. –Idiota. Seguramente no tengo otras cosas que hacer. No sólo soy una máquina de crear y cuidar bebés. 

–Las tienes porque quieres. – Dijo en tono bajo, pero suficientemente alto para que Jaemin lo escuchara.